VIVEROS CANDAMO. SANTOSESO (CANDAMO) – 85 HABITANTES
Viveros Candamo nació hace 35 años cultivando fresas y tomates y hoy está especializado en producir manzano de sidra para toda Asturias y para países como Portugal, Inglaterra o Kirguistán

MARÍA JARDÓN

Conciliar, ese fue el principal motivo que llevó a Adela Fernández a poner en marcha hace 35 años Viveros Candamo. «Tuve un hijo y quería trabajar en el campo porque lo del vivero siempre nos gustó», recuerda. Comenzaron plantando fresas y tomates, pero, poco a poco, se fueron transformando en lo que son hoy, uno de los mayores especialistas en plantones de manzano de sidra, de lo que cultivan unas cinco hectáreas.

Desde Santoseso, pueblo del concejo de Candamo en el que residen, envían sus plantones de manzano principalmente a toda Asturias, pero también a diferentes puntos de España y del extranjero como Francia, Portugal, Inglaterra e, incluso, Kirguistán. «Somos especialistas en manzano de sidra, hay unas 70 variedades, pero las que funcionan son unas 20 o 30, que son las que más trabajamos», explica. Precisamente el futuro de este tipo de plantaciones es algo que le preocupa: «la gente que vive ahora en los pueblos no cultiva las tierras y los jóvenes no quieren trabajar en el campo, en parte por toda la burocracia que conlleva. Apenas hay quien quiera plantar manzano de sidra y tenemos una Denominación de Origen muy importante en la que, si no mejoramos y no se vuelve a plantar como hace unos 10 o 20 años, nos quedaremos sin pomaradas» reflexiona, algo que tendrá sus consecuencias, «el paisaje perderá mucho, la Denominación perderá y en resumen, perderemos todos», lamenta.

Además del manzano ofrecen una amplia variedad de frutales como ciruelo, cerezo, peral, melocotón o kiwis. «Todos los árboles frutales que se den en Asturias los tienes, y también recuperamos variedades de la zona como el melocotón rojo de Candamo o el ciruelo claudio de la zona», puntualiza. Otro de los servicios que ofrecen es recuperar árboles. Por ejemplo, si alguien tiene un árbol desde hace muchos años y se cae, mediante un injerto pueden recuperarlo.

Desde hace tres años, Alejandro López, su hijo, ha ampliado el negocio para poder ofrecer más servicios a sus clientes. «Siempre nos preguntaban cómo debían cuidar los árboles y para facilitar las cosas y no tener que enviarlos a otros sitios decidimos empezar, poco a poco, a ofrecer los productos que se necesitan», resume López. Por ello, además de árboles, en Viveros Candamo venden abonos, fitosanitarios, flores, plantas e incluso, micorrizas, algo que «no es muy habitual encontrar». Explica que «se trata de meter hongos en el suelo que hacen simbiosis con la planta para que el árbol crezca, son biológicos y de residuo cero, lo que se valora mucho. Además, ayudan a crear vida en el suelo».

De sus comienzos Adela Fernández recuerda que lo más complicado fue la inversión. Más adelante contó con la ayuda del Leader, gracias a la cual pudo adquirir un tractor. Sin embargo, dice que hoy las cosas están más complicadas para los jóvenes: «para que más gente emprendiera solo haría falta que dejasen trabajar sin tanta burocracia, porque ahora es imposible montar un negocio en el medio rural», afirma. Algo en lo que coincide su hijo: «si el tiempo que perdemos haciendo papeles pudiéramos invertirlo en hacer plantas, sería más productivo».

En Viveros Candamo trabajan cuatro personas y supone un impulso para dar a conocer el concejo. «Atraemos gente porque vienen clientes de muchas zonas y aportamos paisaje», destaca Fernández mientras habla con pasión de lo que supone para ella vivir en el campo y su trabajo: «lo es todo, es respirar, me aporta vivir en libertad. Es lo que siempre viví y quiero seguir haciéndolo», y, concluye, «me encanta mi trabajo, no quiero jubilarme nunca».