SERGIO HIDALGO. ALCALDE DE SALAS – 4.889 HABITANTES
«Alguien tendría que declarar a Salas zona catastrófica de las infraestructuras, tras más de 30 años sufriendo problemas»
OCTAVIO VILLA
En pleno centro de la capital salense descansa eternamente en un impresionante sepulcro de alabastro el arzobispo Fernando de Valdés Salas, presidente que fue del Consejo de Castilla en tiempos de Carlos I de España (de 1539 a 1547), inquisidor general hasta 1566 e impulsor de la creación de la Universidad de Oviedo, hombre de confianza del Emperador. No se pierdan ese pedazo de historia, pieza especial de la bella colegiata de Santa María. A unos pasos, el Ayuntamiento, donde Sergio Hidalgo se propone, si no devolver al concejo las glorias de los tiempos imperiales, sí, al menos, garantizar un futuro que, por historia y por recursos, se merece.
–Menudo año, este. Milenario del monasterio de Cornellana, pero también momentos de zozobra por el futuro de la fábrica de Danone…
–Royal A-Ware ha sido fundamental. Es una empresa potente y con ganas de invertir y llevar a cabo una actividad importante en nuestro municipio. El cierre hubiera sido la ruina, pero se ha conseguido evitarlo. Royal A-Ware ya se ha instalado, con una inversión muy importante, con una seriedad rigurosa y con un compromiso con este territorio impecable.
–Y anunciando que consumirán mucha más leche de la que produce no sólo Salas, sino todo el entorno.
–Tuvieron una reunión con los ganaderos aquí en la Casa de Cultura, donde vieron que hay un compromiso importante con el sector. Los ganaderos están tranquilos, porque la empresa se ha comprometido a que no quede leche sin recoger en ningún momento. Es cierto que tienen una planificación de producción con una necesidad de leche muy alta, pero creo que lo van a conseguir.
–Subir la capacidad de producción de leche de un territorio no es tan sencillo como darle a un botón. Lleva un tiempo.
–Eso está claro, que no llega de hoy para mañana. Entiendo que la empresa tiene su estrategia para ello.
La cuestión del lobo
–Los ganaderos de leche tienen, pues, una oportunidad de crecer con la venta de su producción asegurada. Pero a dos kilómetros lineales del Ayuntamiento, en Poles, hay un ganadero que lleva siete u ocho ataques de lobo a su ganadería desde diciembre. Y al otro lado de esa cordal, en La Espina, también ha habido ataques con vacas y terneros muertos.
–Cierto, ha habido esos. Y más daños de los que ha tenido la ganadería de Fernando Marrón. Hay daños, hay muchos daños, se han elevado muchísimo. Siempre he sido claro: Esta situación no puede ser. Hay que tomar medidas, no puede ser que los ganaderos, que ya están bastante fastidiados, encima vean esta situación empeorar. Al final, serán los ganaderos los que desaparezcan. Habrá que ver quién está más en peligro de extinción, si el ganadero o el lobo. La consejería debería hacérselo ver. El consejero tiene que ver los ganaderos que están cerrando cada año. El Principado y el Gobierno central tendrán que declarar en peligro de extinción a los ganaderos, y no al lobo.
–Un discurso que en la capital no se comparte.
–Soy respetuoso con el medio ambiente y con el lobo. Pero cuando una especie está en auge, lo sabemos, porque hay más ataques. Y hay muchos más de los que se declaran, porque muchas veces los animales atacados símplemente desaparecen, y no hay con qué probar el ataque. Necesitamos un plan de acción. Y si hay que extraer lobos, no digo matarlos, que se extraigan.
–¿Para meterlos dónde?
–Aquí no.
–Salas tiene unas vegas, en particular la del Narcea y la del Nonaya, excelentes para agricultura, pero veo más ganadería que kiwis o fabes.
–Bueno, tenemos casi cincuenta hectáreas de kiwi y bastantes de faba y en los últimos años se ha crecido mucho. Hay kiwi en La Rodriga, en Casas del Puente, en Bárzana, en Villazón, en La Escandina, y hay faba en Villazón, con La Salense, que planta bastante, y en la vega de Rondero. En Láneo también hay fabas y algo de kiwi.
–Se ha crecido, pero se puede crecer más.
–Sin duda. Se puede multiplicar por veinte. Igual tanto no, pero la gente está viendo que se puede crecer. Y también plantar una o dos hectáreas de kiwi o faba y ayudar a que la economía familiar tenga un ‘además’.
La subida de la pandemia
–Hace casi un lustro que comenzó la pandemia. Hablábamos entonces de que habría un éxodo de la ciudad al campo, y en parte lo hubo. ¿En qué quedó aquello?
–No es que todos se hayan ido. También hubo muchas muertes, porque tenemos una población muy envejecida. Y, además, no todos los que vinieron se quedaron. Pero no estamos perdiendo población como la estábamos perdiendo hace diez años, cuando perdíamos al ritmo de casi 200 vecinos al año. Ahora mantenemos población o perdemos entre diez y veinte al año. Ahora mismo hay una media casi de 50 niños en la escuela de 0 a 3. Y también hay gente que vive aquí sin empadronarse.
–Eso mismo me decía la semana pasada el alcalde de Bimenes.
–Sí, hay gente que vive aquí a diario y está censada en Oviedo porque compró allí un piso porque hay una ayuda. Es difícil de controlar y regular, pero algo tenemos que hacer.
Argayos y puentes caídos
–¿Qué más le puede pasar a este concejo, después de llevar tres años con el argayo más grande de España entre Cornellana y Salas, con una autopista que ha tenido que dejar de usarse hasta La Espina por el problema del viaducto?
–Alguien tendría que decir que somos una zona catastrófica en ese ámbito, en el que llevamos treinta y pico años sufriendo problemas, con anuncios, más anuncios, parones, puentes en mal estado, pilastras que se caen. Y gracias que se comenzó la autovía por Oviedo y por el tramo de Salas a La Espina, que si no…
–Llega a Grado y ahí se queda.
–(Hace un gesto a medio camino entre la afirmación rebelde, la ironía y la resignación).
–¿Se ha dejado que el Suroccidente se ahogue y ahora pesa tan poco demográficamente que sus votos importan poco?
–¡Claro que se ha dejado ahogar al suroccidente! Necesitamos que se marquen plazos urgentes y que se acabe de una vez. Voy a ser catastrófico, pero como no nos plantemos, para el año que viene no se abre lo que queda hasta La Espina, y aún queda licitar la segunda calzada. Esto no es broma. Es una burla por parte del ministerio y del Principado, que no pelea lo que debe. Adrián Barbón no pelea por el suroccidente, igual que nunca pelea nada, y tiene que darse cuenta de que cuando nos llega un proyecto inversor, lo primero que nos pregunta es si va a llegar la autovía a donde se quiere implantar. Y no nos olvidemos de que viene una inversión potente de Royal A-Ware no sólo para Salas, sino para toda Asturias. Y tiene que tener unos accesos dignos. Hay un abandono absoluto y no es tolerable lo que se está haciendo con las comunicaciones en general del suroccidente.
Milenario y futuro
–En positivo, Salas y Cornellana están este año en portada, con el milenario del monasterio. Falta que el monasterio tenga un plan de usos y un uso real.
–Ese es el tema. Este año ha habido mucha actividad, y debo agradecerlo, porque ha habido una muy buena sintonía con la Consejería de Cultura, mucha implicación por parte de la Fundación Valdés Salas y de todo el consejo sectorial, con Ana Pérez. La Universidad y el Banco Sabadell también se han implicado, igual que los vecinos de Cornellana con David Valiela. Ha sido importantísimo, y hemos logrado acordar con el PSOE la contratación del plan de usos, que ya la consejería la contrató.
–¿Y cómo se enfoca ese plan?
–Un poco en la línea que ya había en el plan director, pero revisándolo. Lo que se ponga aquí tiene que hacer que el monasterio se mantenga a sí mismo. Y hay que escuchar a todas las partes. Tiene que tener vida, porque puede ser un motor económico para la comarca. Si no se hace, en diez años se pierde todo lo que se ha invertido.
–¿Qué disposición ven en Paradores para poner uno en el monasterio de Cornellana?
–Hemos mantenido contactos. La cuestión está ahí; espero que con el tiempo haya una reconsideración por parte de la vicepresidenta del Principado, que es la titular de Turismo, porque en la Junta votaron contra el Parador…
–Una precisión: votaron contra pedir el Parador antes de redefinir el plan de usos.
–Bueno. Pues entonces, ahora vamos a ver si, cuando esté el plan de usos, lo apoya.
–Se habla mucho de financiación autonómica, pero todos los concejos se quejan de que la municipal falla.
–Es verdad, no hay financiación. Cada vez tenemos que atender a más servicios, como el mantenimiento de los colegios, que no son de los ayuntamientos. Tenemos que hacerlo todo. Y no hay financiación para ello. Y, además, ahora nos viene el sablazo de Cogersa con las tasas, que es inviable. A nosotros nos supone medio millón de euros más.
–En un presupuesto de…
–De siete millones ahora, metiendo ya eso. Y la ley dice que esa tasa tendrá que repercutir en los ciudadanos, así que veremos manifestaciones.
–¿Ante el Ayuntamiento?
–No, en la plaza del Ayuntamiento no. Habrá que ir al Principado o a Cogersa.
SU LUGAR ESPECIAL
La fábrica de Royal A-Ware
Tal vez no pasaría dentro de la antigua factoría de Danone el alcalde su tiempo libre, pero lo que no cabe duda es que el futuro de esta industria láctea y, con ella, la de la ganadería no sólo de Salas, sino de todo el entorno sí que ocupa muy buena parte de su tiempo de trabajo. Y eso, en el caso de los alcaldes rurales, suele coincidir que las 24 horas del día. Cuando Sergio Hidalgo acompaña a EL COMERCIO hasta la factoría, el pasado miércoles, al alcalde se le pone una sonrisa de satisfacción en la cara al comprobar que en el recinto hay una buena cantidad de operarios retocando y adaptando la antigua factoría de Danone a su futuro como fábrica de mozzarella. Parece que sí, que hay futuro para Salas. o. villa