SALOMÉ SAMARTINO PÉREZ. ALCALDESA DE CARAVIA – 492 HABITANTES
«La financiación local debe reformarse; la situación actual y la lentitud burocrática hacen que proyectos viables no cuajen»

OCTAVIO VILLA

Prado (Caravia). Es el concejo menos poblado de todo el litoral asturiano, y uno de los de menor extensión. Y a pesar de ello, resume casi como una maqueta lo que es Asturias, de altas cumbres a bellas playas a oriente y occidente. Buena ganadería y un centro con industria y hasta una ruta de los hórreos. Todo a escala, rodeado de pequeños gigantes como Ribadesella, Parres o Colunga. Bien lo llama su alcaldesa, la popular Salomé Samartino (Duyos, 1969), «el balcón del mar y los picos». Ella rige el Ayuntamiento «como si fuera una empresa» desde 2011, con una experiencia previa como concejal desde 1999.

–Pues aquí estamos, al norte del Fito. Como usted dice, todo un balcón, con vistas anonadantes. Decía hace poco el alcalde de Parres que un túnel bajo el Fito sería esencial para su concejo. Imagino que Caravia también lo necesita.
–Sería esencial que saliera adelante ese proyecto. Nos pondría muy cerca del hospital comarcal de Arriondas, mientras que ahora casi preferimos ir a Gijón que a Arriondas, por las comunicaciones. Tener el túnel del Fito sería extraordinario y estratégico para Caravia, es una de las deudas con el Oriente.

–Lo piden alcaldes de PP y PSOE, pero el proyecto no avanza.
–No, nos hablan de ese tema. Ya ve lo que se ha invertido en infraestructuras en Asturias.

–También se puede dar la vuelta al argumento. La Autovía del Cantábrico ha puesto a Caravia en el mapa. Antes, de Gijón a Ribadesella muy poca gente lo hacía por la costa. Era un desierto verde…
–Cierto. Está claro que la autovía marcó un antes y un después. Y eso que pese a lo que era la N-632, la costa oriental siempre fue lugar de veraneo y de actividad. Acuérdese de la minería del espatoflúor. Yo crecí con aquella carretera llena de camiones MAN de color naranja. Y Caravia ha sabido revertir el cierre de las minas hacia el sector turístico. A finales del siglo pasado, los pueblos se quedaban sin chigre, y Caravia logró mantener tres abiertos, uno de ellos todo el año. Lograrlo en un municipio de 500 habitantes, que hayan sobrevivido y que lo hayan hecho bien es un caso para estudiar. Demuestra la calidad de los empresarios restauradores de aquí y que Caravia se supo reconvertir.

–Y ahora es el centro de la zona de expansión del turismo, gracias a la autopista.
–Sí tenemos un camping de casi mil plazas en el Arenal de Morís, buenas playas y la autopista nos puso en el mapa.

–Al punto de saturarse un poco en verano, ¿no? En La Espasa o el Arenal de Morís falta aparcamiento.
–Se dotó de mucho aparcamiento, pero cuanto más crees, más crece el efecto llamada. La playa en sí misma yo no la he visto saturada nunca, y eso que son playas muy particulares, en las que la marea alta sube casi hasta no dejar arena, pero en La Espasa está habilitada la zona de merendero, algo que nos falta en Morís para que si hay marea alta tengas dónde quedarte. Los aparcamientos públicos de las playas son un recurso importante, pues al convertirse de pago con una ordenanza municipal, nos ayudan a mantener lo que es un municipio de veraneo, todo el coste que significa el socorrismo, la limpieza de playas, la recogida de basuras y la limpieza de baños.

–Vamos, que el usuario tiene que saber que cuando paga por aparcar, paga también unos servicios.
–Claro, paga por una playa que está mejor dotada que otras. Eso nos permite que se hagan varias limpiezas de los baños y recogidas de papeleras al día. O tener 14 socorristas, que para un concejo de 500 vecinos es un buen nivel de empleo.

–Hablando de empleo, cuénteme cómo va el centro de coworking.
–La Cámara de Comercio, mediante un convenio con su antena cameral de Ribadesella, nos dotó el edificio, en el que hay 14 puestos de trabajo y una sala de reuniones. Sobre todo, en verano, está teniendo mucho uso de emprendedores que tienen negocios en casa y por parte de gente con segunda residencia que quiere un lugar tranquilo para trabajar desde aquí.

–El polígono industrial está lleno. ¿Puede crecer?
–Sí, falta alguna empresa por instalarse, pero las parcelas están adjudicadas. Habrá que estudiar una ampliación, pero tal vez no ahí, porque sólo cabría convertir la zona verde a otro uso.

–Se queja usted de falta de vivienda pública.
–¿Sabe qué pasa? Que Asturias está de moda. Eso hace que el suelo se dispare de precio y sea muy caro. Y tenemos el problema de que quien tiene una vivienda aquí prefiere ponerla en alquiler como vivienda turística en temporada, no como alquiler de largo plazo.

–Y eso conlleva un problema.
–Sí, quien quiere venir a trabajar o a emprender aquí todo el año no encuentra dónde alquilar nada para vivir. Pasa igual en Colunga, que tiene mucha vivienda vacía fuera de la temporada de verano cuyos propietarios no te la alquilan por la inseguridad jurídica y porque ganan más en los meses de verano que con un alquiler anual, y además tienen su vivienda libre y a su disposición ocho o nueve meses del año, saben que no tendrán que llamar al juzgado si el inquilino se niega a irse, porque los turistas sí se van y además pagan por adelantado.

–Efecto: un problema para que vengan médicos o maestros, por ejemplo.
–¡Y otros! En cuanto a médicos, estamos relativamente cerca de Gijón y no es tanto problema, pero más hacia el Oriente es más problemático. Aquí, la casa del médico tiene una vivienda que podríamos mejorar para que la plaza no se pierda.

–Son problemas que desde la ciudad no se ven fácilmente.
–Sí. Aquí tenemos médico compartido con Colunga, y haría falta tenerle más tiempo. Somos consultorio periférico de Colunga, y no tener médico permanentemente aquí también pone en peligro el tener la farmacia, porque quien va a Colunga al médico compra las medicinas en Colunga, no aquí.

–¿Y el precio de la vivienda trae más problemas?
–Algunos que pueden parecer curiosos. Fíjese, la construcción está tan disparada por esta zona que hemos licitado la edificación de la escuela de cero a tres ya tres veces y ha quedado desierta las tres. Es una obra buena, pero no podemos competir en atractivo para los constructores con lo que les supone de beneficio levantar un chalet.

Discriminación fiscal positiva

–¿Qué le parecen las medidas de discriminación fiscal positiva para quien viva y trabaje en el medio rural?
–Hay que ser realistas. Pongamos el ejemplo de alguien que se jubila en Madrid, tiene casa en Caravia y decide pasar aquí ocho o diez meses al año. Igual mira cómo tenemos en Asturias el impuesto de sucesiones y no le interesa censarse aquí, porque la pela es la pela, por mucho que tengamos en Caravia el IBI más bajo o la viñeta más baja de Asturias.

–Y a los efectos de costes para el Ayuntamiento, son habitantes reales.
–En muchos casos sí. Lo sabemos por el médico. Y se vio cuando la pandemia, que hubo gente que la pasó aquí sin censarse. Y son habitantes a los que hay que dar servicios, tener en cuenta los presupuestos, pero que están pagando sus impuestos en Madrid. Del mismo modo, hay familias jóvenes que pueden teletrabajar yendo un día a la semana a Madrid, pero que siguen empadronados allí por lo mismo. Contra eso no podemos luchar, tiene que hacerse a nivel autonómico, no los ayuntamientos.

–Pero el Ayuntamiento pone de su parte, ¿o no?
–Procuramos dar alicientes, cada vez más servicios. Tenemos un comedor escolar municipal, que seremos de los pocos, para ayudar a las familias a la conciliación. El que se queda comer toda la semana está un poco bonificado. Y eso lo hacemos siendo rentables para una empresa de catering, porque hay que compatibilizar el dar el servicio a las familias y que los niños coman a un precio razonable con tener una empresa que nos suministre.

–Buena parte de los problemas que plantea se deben a la escasa financiación municipal.
–Es que el municipalismo parece el hermano pequeño de la Administración, y es el que más desatendido está a ese nivel. Somos los que damos los servicios inmediatos al ciudadano y es evidente que debería de afrontarse una revisión de la financiación municipal, porque la situación actual, y la lentitud de la burocracia, hace que muchas veces proyectos viables que podrían traer empleo y habitantes acaben no plasmándose. La tramitación administrativa que se hace farragosa, lenta y larga. Incluso la propia Ley de Contratos nos dificulta muchísimo afrontar contrataciones porque nos lleva a unos tiempos de espera interminables.

SU LUGAR ESPECIAL

La Ruta de los Hórreos
A Salomé le encantan los hórreos y paneras, por sí mismos y por todo lo que implican en cuanto a la cultura de nuestro campesinado. Tanto es así en Caravia, que se tomó la decisión de que la oficina de turismo (a la entrada en Prado desde Colunga) se ubicase en una remozada panera. El ocurrente e interesante proyecto del Ayuntamiento, con una aplicación para que los visitantes puedan recorrer a pie el concejo y aprender sobre las partes de un hórreo, sus usos y su historia –con hórreos de hasta cuatro siglos bien llevados– de forma interactiva es una idea muy exportable. El guía de la app, por cierto, es un simpático caballo basado en la fíbula del Picu’l Castro, que le explicará lo que es el pilpayu, las sollas, el zancón, el tentemozo, las colondras, los sobreliños o el orillero, entre otras piezas del hórreo.