RUBÉN ARENA. ZETACERO STUDIOS – TORÍN (PILOÑA) – 46 HABITANTES
De película. Después de haber vivido en Oviedo y Gijón, Rubén Arena tomó la decisión de volver a Torín, su lugar natal, desde donde desarrolla sus proyectos audiovisuales y donde ha creado una productora

LUCÍA LÓPEZ PÉREZ

A Rubén Arena la pasión por el cine le viene de nacimiento: «Desde que tengo uso de razón he tenido contacto estrecho con este mundo», afirma. Por ello, no resulta sorprendente que, a pesar de sus «casi 23 años», Arena ya cuente con una amplia trayectoria audiovisual. Sin embargo, vivir en la zona rural, pese a ofrecerle ventajas como «la tranquilidad y el espacio a la hora de editar», también le ha dificultado en algunas ocasiones las cosas. Es por ello que al término de su formación en realización, asistencia a la dirección, montaje y postproducción, Rubén se vio obligado a abandonar su pueblo natal en Piloña y mudarse a Oviedo y Gijón buscando mejores conexiones, ante la necesidad de acceder a una buena red, «algo súper básico para mi trabajo y para muchos otros», dice.

Sin embargo, la pandemia le obligó a volver a Torín, lo que le hizo darse cuenta de que «podía desarrollar mis aptitudes desde casa», pero también de todas las carencias que el campo sigue teniendo: «Aquí por desgracia no tengo fibra óptica y eso afecta mucho a la hora de ofrecer mis servicios. Cuando hablo con un cliente ya pienso en todo el tiempo que voy a tener que dedicar para descargar los brutos o para enviar el producto final», se lamenta. Ante esta situación Rubén echa de menos una mayor colaboración entre profesionales, pues el hecho de que en el medio rural la creación de redes no esté tan patente como en las ciudades «hace que los profesionales tengamos que buscar recursos en otros ámbitos». No obstante, pese a esta situación, Arena asegura que Asturias tiene un «enorme potencial» para el desarrollo de proyectos audiovisuales, ya sean piezas promocionales, videoclips o incluso piezas de ficción. «A poco que te salgas de los principales núcleos urbanos es un espacio en el que cada esquina tiene un potencial muy amplio para desarrollar todas esas facetas», asegura.

Él mismo demuestra que, pese a las dificultades, es posible el desarrollo creativo y audiovisual en Asturias. En abril se involucró en la realización, junto con otros profesionales de la región de un cortometraje «puramente asturiano», ‘Asíncronos’, dirigido por el gijonés Nacho García, del que nació la productora Zetacero Studios, gestionada desde Torín.

Pese a esto, Rubén es consciente de que aún queda mucho por hacer en el campo y pide que la Administración se encargue de incentivar tanto la vuelta de las personas que se han ido a las ciudades, como la creación de proyectos: «El Principado tiene que mejorar las condiciones de vida en el campo, sobre todo con el tema de las conexiones», afirma. Para él la instalación de fibra y la mejora de las carreteras solucionarían parte del problema de despoblación al que se enfrenta Asturias. La parte restante se solventaría con la creación de una red profesional en el medio rural que permita contactar de forma sencilla con gente del sector, para evitar necesidades como la falta de material o para colaborar en proyectos nuevos. Rubén afirma que esto solo puede conseguirse «a través de ayudas o recomendaciones» y con el apoyo de los ayuntamientos –«muchas veces cuando acudes a ellos te sientes desamparado»–. Arena asegura que «un espacio donde las instalaciones estén adaptadas a las necesidades de cada profesional» facilitaría mucho las cosas, pues buscar proyectos desde el pueblo es «remar a la deriva» en ocasiones.