QUESERÍA ABREDO – ABREDO (COAÑA) – 10 HABITANTES
Quesería artesanal. En 1988 se puso en marcha esta empresa familiar que produce queso, requesón y arroz con leche como antes, con los ingredientes de siempre y leche de vaca asturiana
MARÍA JARDÓN
Totalmente artesanales, así son los productos que hacen en la Quesería Abredo desde hace más de treinta y cinco años «de manera profesional», porque el queso ya lo elaboraban mucho antes. «Mi abuela ya hacía quesos, pero los hacía en casa», explica Beatriz Rodríguez que, junto a sus padres, Alfonso Rodríguez y Begoña Boto, trabaja día a día para seguir elaborando exquisitos productos lácteos de manera artesanal, con ingredientes de primera calidad y sin prisas.
En 1988 comenzaron a elaborar el queso semicurado, en 1992 empezaron con la producción de requesón y en 2007 se animaron con el arroz con leche, productos típicos del occidente asturiano, que fabrican desde Abredo, una aldea del concejo de Coaña.
Todos sus productos son elaborados con leche procedente de vacas cien por cien asturianas. «Antes teníamos vacas de leche, pero hace años que la compramos de ganaderías que están a diez kilómetros como mucho», señala. Los elaboran de manera artesanal, como se ha hecho siempre, «la única diferencia es que mi abuela no pasteurizaba la leche y nosotros lo elaboramos todo con leche pasteurizada». Un proceso que requiere de mimo y en el que gran parte de los pasos son manuales. «El queso se moldea a mano y se prensa, lo recortamos a mano, lo echamos a la salmuera a mano y lo volteamos, a diario durante tres semanas, a mano también», relata.
Y es que, desde sus comienzos, la elaboración no ha cambiado mucho, lo que ha cambiado es el volumen y la distribución. Al principio el Queso Abredo se encontraba sólo en tiendas de la zona Navia, la Caridad, Luarca, incluso Ribadeo y después se amplió hasta Oviedo. «Ahora nuestro mercado principal está en Asturias, pero mandamos bastante a Madrid y tenemos algún cliente en Barcelona y en Coruña», apunta.
Esta ingeniera agrónoma tiene claro el papel que este tipo de empresas pequeñas juegan en el entorno. «En esta zona hay mucha industria grande que da mucho trabajo, pero no mantiene el medio rural de la misma forma», afirma, porque para que «lo rural esté vivo tiene que haber proyectos que tiren de las actividades rurales existentes, como en este caso, las ganaderías». Para este tipo de empresas las palabras sostenibilidad o proximidad son algo innato. «En Asturias hay muchas queserías artesanas como la nuestra, en las que la sostenibilidad y la proximidad forman parte de nosotros desde siempre. No es marketing ni necesitamos innovar en esto porque es nuestro ADN», aclara. Actualmente en Quesería Abredo trabajan ocho personas y a medio plazo no tienen pensado elaborar ningún nuevo producto, «porque sigue creciendo la venta de los que producimos y, en determinadas fechas, no tenemos capacidad para más», reflexiona. Sus productos han sido galardonados en numerosos certámenes regionales, nacionales e internacionales como el de mejor queso de Asturias en la Feria del Queso y el Vino de Avilés, algo que «supone un empuje y pensar que lo estamos haciendo bien», pero resalta que también reciben mucho cariño de la gente, lo que «demuestra que les gustan los productos y eso ‘presta’».
Desde su punto de vista, la situación los emprendedores no es fácil. «Sigo porque es un proyecto de mis padres, que me gusta y creo que tiene mucho valor», opina, pero «emprender hoy es complicadísimo, la burocracia dificulta el día a día en empresas pequeñas como la nuestra» y «esto hace que proyectos como el nuestro decaigan. Puede que dentro de unos años, cuando vayan desapareciendo, alguien se dé cuenta que son necesarios y benefician en muchos aspectos».