PABLO CANALÍS FERNÁNDEZ – GEÓLOGO, INVESTIGADOR Y MÚSICO. CANEDO (VALDÉS) – 108 HABITANTES
Folclore. En un entorno privilegiado suenan, desde hace ocho años, melodías ancestrales de cualquier parte del mundo. La investigación, la fusión y la creatividad son las guías de la carrera de Pablo Canalís

ÁNGELA RODRÍGUEZ

Natural de Oviedo, Pablo Canalís estudiaba geología en la capital, allá por los noventa, y tocaba el bajo eléctrico en varios grupos, entre ellos Senogul: rock progresivo. Durante trece años trabajó como geólogo en la región y, tras quedarse en paro en 2013, a raíz de la crisis del sector de las obras, hizo las maletas y se fue al pueblo, a Canedo, en el concejo de Valdés.

Bajo la casa de sus abuelos, que ahora habita él mismo, construyó su propio «almacén, oficina, estudio de grabación» en la antigua cuadra, gracias a la liquidación de la última empresa para la que trabajó como geólogo.

«Vine a vivir aquí porque en el pueblo es más fácil sobrevivir. Quise darle un giro a mi vida, formarme en otros terrenos, y estudié desde casa Educación Infantil, para comprender mejor a los niños, porque ya estaba realizando actividades musicales para ellos». Canalís reconoce que al principio no tenía demasiado claro que estos talleres funcionaran, pero tras la primer actividad que realizó, en 2012, en la semana cultural del colegio de Ibias, centrada en el continente Asiático, vio «un filón». Desde entonces, su amplio tesoro de instrumentos musicales «poco convencionales y de los cinco continentes» ha viajado por gran parte de los colegios asturianos y salas de exposiciones. «A los niños les suelen llamar la atención los instrumentos que están hechos con partes de animales o vegetales, que no parecen siquiera que puedan sonar. O los que son aparatosos, o los que hacen mucho ruido».

Apasionado de la antropología y el misterio, Canalís comenzó a hacerse con este tipo de piezas ya en torno al 2004. «Empecé a investigar de donde venían esos instrumentos, esos inventos, y me encontraba con historias realmente curiosas». Y así –después, paradójicamente– llegó la prehistoria. «Sobre 2016, estaba investigando las caracolas y bramaderas. Presenté un proyecto al Parque Arqueológico-Natural de la Campa Torres, les gustó y me volqué en la investigación de la prehistoria», señala Canalís, con fervor. «No se sabe tanto de ese período y es realmente interesante. Son instrumentos muy sencillos pero muy ingeniosos. La bramadera existe en Australia, en el Amazonas y en África. Y probablemente no haya habido contacto entre esos lugares».

Inmerso en la prehistoria musical y, como todos, en plena pandemia, Canalís escribió durante los meses del confinamiento el guión del documental ‘Los orígenes de la música’. Durante 72 minutos, el audiovisual aborda los orígenes del comportamiento musical en nuestra especie, «aunque está centrado en los instrumentos musicales, teniendo en cuenta que la música fue anterior al desarrollo de los instrumentos. Antes ya se utilizaba la voz y la instrumentación corporal». El documental, que se estrenó este año, fue rodado en los concejos de Navia y Valdés, concretamente en los fosos defensivos de un castro de la edad de hierro, a unos cuatro kilómetros de la casa de Canalís.

«Se llama ‘Liminal’, que es un estado de transición», cuenta sobre su próximo disco, «una fusión particular entre la electrónica y los instrumentos ancestrales». Cada instrumento, narra, «tiene historia, la del objeto que llega a mis manos y la que puedo contar a través de él». El trabajo, que podremos escuchar este invierno, es especial y difícil de catalogar, como el propio Canalís.