Indianos y grúas. San Esteban fue el gran puerto industrial y minero de Asturias durante siglos. El tren carbonero culminaba allí, en lo que hoy es uno de los paseos más agradables de la región
Del Cubía a Marabio. Yernes y Tameza colecciona tonos de verde desde un buen río truchero al límite ganadero con Teverga. Y un profundo orgullo de vecinos que pagaron 12 millones de maravedís por su libertad
El secreto interior. Valdés son dos concejos en uno: La costa, con el 80% de los vecinos, y un interior de montes madereros y valles ganaderos hermosos y con escasos habitantes, pero muy acogedores
Y llegó el día. La escuela de Asiegu, hoy un edificio de múltiples usos culturales en el que día a día se sigue aprendiendo, cumplió un siglo desde que el empuje del ‘tío’ Aquilino Fernández Berridi como maestro e impulsor de su construcción
Ranón. Le dio nombre durante años a un aeropuerto que no está en Soto y hoy es una gloria de flores durante varios meses al año. Soto, la cuna del kiwi asturiano, guarda también cicatrices de la guerra civil
Sidra y caballos. El valle de Sariego acoge los centros más avanzados de Asturias en la elaboración de la bebida patria y en la crianza de caballos de competición. No es casualidad que confluyan en el mismo lugar
Arvia. Cuando el godo Sisebuto fundó el monasterio de San Juan de Amandi, en el año 634, Caravia se llamaba Arvia. Tierra del primer castro identificado, ofrece vistas increíbles y arenales deliciosos
Felipe II e Isabel I. El Rey vendió a los vecinos el concejo que se disputaban obispos y frailes. La Reina dio pie, con la Revolución Gloriosa que la destronó, a que Villayón se independizase de Navia
La deidad oriental. En la falda sur del Sueve, Cofiño alberga una iglesia del siglo XIX que se construyó donde hubo una prerrománica del IX, levantada sobre los restos de un templo dedicado a Mitra
Silo y Santianes. Del prerrománico al kiwi, Pravia y su comarca son el corazón de Asturias. Corte en tiempos de los primeros reyes, hoy es ejemplo de modernidad agraria y lidera la senda de la diversificación
106 cortines. Los montes de castaño son el paraíso de las abejas. Sus colmenas, una golosina para el oso. Boal alberga más de cien de esos círculos de piedra que dan fe de la eterna pugna entre hombre y plantígrado
El Ecomuseo. Uno de los lujos de Santo Adriano es esta asociación de historiadores, sociólogos, antropólogos y arqueólogos, que guían al visitante del concejo por sus muchos recursos artísticos e históricos
Desde la capilla de La Atalaya, los cazadores de ballenas de Puerto de Vega vigilaban el paso de los cetáceos que con su muerte les daban la vida. No siempre era así…
Iglesias con texu. El Museo de la Escuela Rural recibe al visitante de Cabranes en Viñón, a la entrada desde Villaviciosa. Un lugar mágico en el que se reviven pasados de muchos siglos
Un país vertical. El río ha acentuado, siglo a siglo, las pendientes y, con ellas, la vocación aérea de las gentes de Eilao, que guardan como tesoros las memorias de sus ancestros y su historia
Vaca, cabra y oveja. Animales hasta totémicos, hoy son la base de una de las dos patas económicas de Cangas de Onís. La otra es el turismo que atraen Covadonga y los Picos
Asturias a escala. Llanes condensa la esencia de la región como si fuera una maqueta, con las virtudes y los riesgos que ello conlleva. El desarrollo también tiene costes para una sociedad
Bodega comunitaria. Quedan aún en la cabecera del Navia y en el valle del Agüeira viñedos auténticamente heroicos, testigos de siglos en los que llegó a haber 108 bodegas activas
Del miliario al ferrocarril. San Tirso de Abres se levantó en piedra y paños, en vega y en camino. Hoy la vieja vía de tren minero es un atractivo camino para senderismo y el valle, una delicia
El centro del Suroccidente. Cangas es el más extenso concejo de Asturias, tierra de monjes, vinos y ganaderos. De minas, bosques y ríos que determinan geografía y carácter
El paso de Obona. Tineo es el corazón de la parte media del Camino Primitivo, al punto de que Alfonso IX amenazaba a quien eludiese el paso por su Pola de Tineo y por Obona
El lujo del espacio. En los tres concejos que comparten apellido es fácil olvidarse de que somos seres terrenales. El paisaje invita a cada paso a sentirse halcón o águila
Padre río, madre ría. El Navia conforma el espíritu de una comarca que tuvo en la mar y la minería del oro su razón de ser. Los castros atestiguan ese pasado en un concejo que mira al futuro
90.000 navajas. Pocas actividades definen tanto a un concejo como la de los ferreiros con Taramundi. Mazos, caleiros, fraguas y ferrerías son el alma y el orgullo de esta tierra
La vida en la ría. Castropol vive de cara a una ría que nutre a la comarca en todos los sentidos. Frente por frente con Ribadeo y Galicia, la villa se yergue con elegancia sobre un promontorio que recuerda un castro
Montovo. Con 33 hórreos, hasta del siglo XVI, este es uno de los núcleos de Belmonte que podrían aspirar, también por la unión de su comunidad, a Pueblo Ejemplar de Asturias
Banduxu. Goza de una de las imágenes más icónicas de Asturias y fue la capital del concejo entre 1581 y 1704. Su concepción medieval, torre redonda incluida, oculta realidades que retrotraen mucho más allá
Momias y pinturas del bronce. No es la cota más alta del concejo, pero desde la capital se ve majestuosa, rotunda. Se impone a un territorio de osos, pinturas de la edad de bronce, ciclistas y montañeros
Tierra con raíces. Piloña es el territorio asturiano con la presencia humana más antigua documentada, con el único caramelo realmente universal y con el artista rural más rompedor del país