MARÍA DÍAZ FIDALGO. ALCALDESA DE YERNES Y TAMEZA – 136 HABITANTES
«Los ecologistas tendrían que saber la cantidad de ganado, de xatos y potrinos, que el lobo ha matado por aquí»

OCTAVIO VILLA

Villabre (Yernes y tameza). Hasta 2024, Yernes y Tameza fue durante muchos años el concejo menos poblado de Asturias, y ahora es el segundo, a un sólo habitante oficialmente empadronado de Pesoz, que en el Alto Navia se erige desde este año en el municipio más deshabitado. Pero la situación es mucho peor de lo que dicen las cifras oficiales. Yernes y Tameza carece de habitantes efectivos menores de edad. Sí los hay empadronados, pero viven con sus familias fuera del concejo. Y de los 136 vecinos oficiales, casi 90 viven fuera del municipio y vuelven sólo en los días libres o vacaciones a las casas que aún conservan allí. Hasta la propia alcaldesa, María Díaz, vive a una hora larga de coche, en Naveces (Castrillón), donde ejerció «de ama de casa» toda una vida junto a su marido, que trabajaba en Asturiana de Zinc. Con 65 años, María dio el paso a presentarse a concejal en la lista del PSOE que en 2019 situó al frente de la Alcaldía a José Manuel Fernández Tamargo, hoy en la oposición tras haber tenido que dimitir en 2021. María, con experiencia familiar en la ganadería, dos casas en el municipio como herencia de sus padres y conocedora de cada uno de los vecinos como concejal de Servicios Sociales, aprendió informática con 67 años con tanta pasión que hasta la han apodado ‘la alcaldesa twittera’; y, asumiendo una carga que nadie quería, se puso al frente de la Alcaldía de un municipio que, en muchos sentidos es el paradigma de la Asturias despoblada, en lo que viene a ser, o estar muy cerca, el centro geográfico de la región.

– Fue la última en llegar al Ayuntamiento y le tocó asumir la Alcaldía en 2021.
– Lo asumí porque no había otra opción. Me eligieron los compañeros a mí. No sabía lo que era una Alcaldía. Si lo llego a pensar…

– Ha estado haciendo todas las labores del Ayuntamiento, desde abrirlo por la mañana a actuar como administrativa y secretaria por falta de personal.
– Sí, ahora tengo a Ana por un año como administrativa y Yolanda como secretaria. Ana viene de Salas y tiene una casa en Yernes y estamos muy contentos con ella. Yolanda viene de Oviedo todos los días, algunas semanas, y otras teletrabaja algún día a la semana. Pero estuve un tiempo en que tenías que estar a todo lo el Ayuntamiento. Aquí tienes que hacer de todo, ayudar a la administrativa a todo y a los vecinos. Lo mío es ayudar, no sólo firmar.

– Se percibe que el concejo funciona como una auténtica comunidad de vecinos.
– Estamos todos ahí para ayudarnos. Tiene que ser así. Si hay que hacer una estaferia –sextaferia en otros lugares–, se hace.

– Un uso vecinal que se ha perdido en muchos municipios.
– Lo conocí de siempre, y aquí o lo hacemos, o no hay forma. Obreros hubo, pero ahora tengo apenas dos trabajadores del plan de empleo y la administrativa. Antes solicitábamos gente de prácticas, pero nadie se presentaba o no cumplía los requisitos.

– Con tan poca población, ¿no sería más lógico integrarse en Grao?
– Si nos integrásemos en Grao, o en Teverga, perderíamos la identidad del concejo. Sería muy triste. Además, si pasamos a otro ayuntamiento perderíamos las ayudas que ahora tenemos, luego no tendríamos ninguna. Siempre defenderé que el Ayuntamiento nunca desaparezca, y deberíamos luchar por ello. Mientras viva, aunque no esté de alcaldesa.

Sin menores en el concejo

– Este año ha cumplido la mayoría de edad el único niño que quedaba en el concejo, que hace unos años tuvo un momento de fama al pedir a los Reyes Magos un ternero para él y decir que estaba muy bien en el pueblo sin que nadie le tocase… el ánimo. Sin niños no hay futuro.
– Totalmente. Es triste que los pueblos vayan desapareciendo. Los que estamos aquí somos gente mayor. No hay niños, y los necesitamos. Tampoco estamos tan lejos de Oviedo, Grao o Teverga. Teniendo bien acondicionada la carretera y cobertura, la vida aquí es cómoda. Falta vivienda, porque se ha vendido mucha para segunda ocupación, pero lo que necesitamos es que viva gente aquí y que tengan niños.

– Llegados al extremo de Yernes y Tameza, parece que las ayudas a la natalidad no bastan.
– Es que antes tenemos que atraer gente aquí, y yo echo una hora en subir desde casa y otra en bajar. El problema es que el corazón, en mi caso, está aquí. La zona es preciosa, tienes opciones para todo tipo de actividad en la naturaleza, pero no viene gente nueva.

– Pida. ¿Qué necesita el concejo para atraer nuevos vecinos?
– Pues, paradójicamente, falta vivienda, porque la poca que hay está como segunda residencia. Y arreglar las carreteras, sobre todo la As-311, que espero que este año se pongan con lo que falta por reparar. Está hecho hasta San Pedro de los Burros y hay que hacer hasta El Llanón y luego hasta aquí, a Villabre, en 2027. La comarcal por Yernes está algo mejor, pero también es muy estrecha. Y la de los puertos de Marabio, que es una zona muy ganadera y que nos une con los concejos de Teverga y Quirós, está llena de baches por ambas vertientes.

– Que falte vivienda con apenas cincuenta vecinos es llamativo.
– Aparte de la que está para segunda vivienda, hay mucha ruina que habría que demoler y hacer casas nuevas. Tenemos dos viviendas que eran de Vipasa, en las escuelas de Villabre, y son las dos únicas. Se necesita vivienda, aunque sea para poder alquilar los bares, para que alguien de fuera tenga dónde vivir. O para trabajar en las ganaderías. O en el propio Ayuntamiento, que lo necesitamos.

– Cierto que se ve mucho inmueble en ruinas, como en toda la región. La imagen que se da así del campo asturiano empeora.
– Sí, es desalentador para las personas que vienen de la ciudad ver pueblos llenos de casas en ruinas. A veces es por abandono sin más, o por problemas de herencias, pero habría que actuar para evitar esa mala imagen.

– Esto nos lleva a que en el concejo tampoco hay ni tiendas, ni bares, ni alojamientos.
– En Yernes hubo tres bares, uno de ellos era bar tienda. En Tameza hubo más. Y en Villabre debió haber cinco bares. Diez o más en todo el concejo. Pero había muchos más habitantes. El siglo XX lo empezamos con 842 vecinos. Estoy muy comprometida con abrir de nuevo el bar de Yernes, y queremos poner una cafetería en el Centro Social de Villabre, mientras llega el bar tienda que la Dirección General de Reto Demográfico nos ha prometido.

– Porque un bar da vida.
– Son los mejores centros sociales y, además, se autogestionan. En Yernes –su marido y su perro, ‘Fiel’ la esperan en la casa familiar de ese bonito pueblo– soy la primera que quisiera que estuviera abierto.

– ¿Cómo se atiende a la población mayor aquí?
– Tenemos contratada una empresa de ayuda a domicilio, que atiende a la gente mayor que lo necesita, y tenemos una trabajadora social compartida con Las Regueras. El médico venía durante pandemia cada dos semanas, ahora con una periodicidad algo más alta, así como la enfermera y el farmacéutico, que como viene después que el médico, ya sabe lo que tiene que traer. El panadero viene todos los días, y el sábado vienen dos. Lunes y viernes vienen furgones de congelados y de tienda general. Y la peluquera pasa por aquí cada mes y medio.

– ¿Hay mucha soledad?
– No, porque la gente aquí, los que pueden salir de casa, tienen buena relación unos con otros. Igual hay más soledad en la ciudad que aquí. Aquí es más fácil socializar, todos nos conocemos.

– Ya, pero dicen que ‘pueblo pequeño, infierno grande’.
– Creo que no. Lo que veo es que la relación es de ayuda mutua. Si necesitas a algún vecín, lu tienes contigo. Siempre pasó, y pasa.

– La actividad principal y casi única es la ganadería de carne.
– Con ganaderías grandes hay dos vecinos en Yernes y otros dos en Tameza. Con asturiana de los valles. Hay algo de caballar, también. Antiguamente había ovejas y se hacía afuega’l pitu de barreña y manteca, en las casas. Hubo escanda, patata, comíamos de lo que daba la tierra, que daba de todo, pero ahora no hay nadie que cultive nada.

– ¿Y se ha hecho algo de concentración parcelaria?
– El anterior alcalde lo empezó a plantear, pero no se ha hecho nada. Los ganaderos en activo tienen terrenos bien estructurados para el uso que hacen. Aquí hay trashumancia dentro de los límites del concejo y algo a los limítrofes, y también hay quien lleva el ganado a Extremadura en la temporada.

– ¿Y replantear al Principado que se hagan concentraciones para ofrecer terrenos a ganaderos que puedan implantarse aquí, para atraer población?
– Habría que estudiarlo bien. La mayor parte es monte comunal y terreno municipal o conveniado con el Principado.

Más osos y lobos que vecinos

– Visitando las brañas he visto muchas fincas ‘fozadas’ por el jabalí, y alguna cagada con pelos, que parecía de lobo… ¿Cómo estamos de lobo y oso?
– Jabalís hay un montón. Y osos y lobos, igual hay más que gente, la verdad. Mi marido vio hace poco un oso en el mismo pueblo de Yernes, y ataques de lobo hay muchos. Una concejal que tiene ganado en Villaruiz los ha sufrido. Hemos hablado con la Consejería para ver si empiezan a retirar lobos aquí, pero no sabemos por dónde lo están haciendo, y casi mejor, porque si no lo mismo los ecologistas iban por delante de los guardas. Los ecologistas tendrían que saber la cantidad de ganado, de xatos y potrinos que el lobo ha matado por aquí. Pero a esos los ecologistas no los protegen.

– ¿Le están sacando rendimiento al monte con los créditos por la reducción de la huella de carbono?
– Habría que certificar el arbolado que ya tenemos, y tenemos mucho, que las empresas contaminantes podrían usar, comprando los derechos, para reducir su huella de carbono.

– Porque Yernes y Tameza no contamina.
– Ciertamente. A medio plazo, en el siguiente periodo de programación de la PAC se van a vincular las ayudas a la huella de carbono de las ganaderías. Somos un municipio muy excedentario en derechos de emisión de carbono, y la recaptación es una muy buena oportunidad, gracias a ese gran territorio arbolado que tenemos sin certificar y las extensiones que se pueden plantar.

 

SU LUGAR ESPECIAL

Escuela y vivienda social
La desaparición de las escuelas fue uno de los primeros síntomas del envejecimiento de los pueblos. En Villabre, las antiguas escuelas, con una sbuvención de la Consejería de Presidencia para su rehabilitación integral, dará al concejo dos viviendas sociales. No parece mucho, pero es muy importante «para ayudar a revertir esta situación», explica María Díaz. Desde la plaza de las antiguas escuelas, en la zona más baja de Villabre, se ve un entorno natural descollante, con altas peñas y laderas que alternan zonas de pasto con bosque autóctono. En los valles, fincas alargadas acogen ganado de carne, pero hablan por su estructura de un pasado no tan lejano de cultivos cerealistas.