LUÚLU LEMONI – LA HUERIA DE SAN JUAN – SANTA ROSA – 37 HABITANTES
Diseño de uñas. Laura Valles dio el paso para realizar su sueño y puso en marcha Luúlu Lemoni. Desde el pueblo de Santa Rosa ha convertido sus originales diseños de uñas en una referencia
MARÍA JARDÓN
La pandemia y un sueño fueron lo que llevó a esta joven oriunda de La Hueria de San Juan a montar en su pueblo natal una empresa de venta de uñas ‘press on’ online, en la que actualmente también realiza formación.
La idea surgió en el instituto. «Estaba cursando el grado superior de estética y no puedes llevar las uñas ni decoradas ni largas. Yo siempre las había llevado así y para mi esto era un ‘handicap’ muy grande», narra Valles. El fin de semana se lo pasaba haciendo uñas lo que «era un trabajo de muchas horas» y comenzó a buscar una solución en uñas de quitar y poner pero no las encontraba de calidad. «Una compañera y yo investigamos y encontramos en Estados Unidos las ‘press on nails’, que prometían que duraban, pero tanto las uñas como el envío eran carísimos». Esto fue la chispa que le hizo buscar soluciones para hacerlo ella misma.
La pandemia le dio el empujón definitivo para hacer realidad su sueño y crear Luúlu Lemoni, pero los comienzos no fueron fáciles y más, estando en un pueblo. «No había material, no llegaba a España y había que hacer pedidos muy grandes que tardaban más de un mes en llegar», explica. El segundo problema al que se enfrentó fue internet «aquí no tenía acceso y me iba muy mal, ahora tenemos fibra y funciona genial», añade. Y por último, los envíos, «tengo que bajar a correos o ir a buscar al repartidor a la entrada del pueblo, no tengo otro remedio», lamenta.
Aún así para Valles «todos estos inconvenientes se subsanan y tengo la tranquilidad de que estoy en un pueblo y todo el mundo colabora», sonríe. Vivió muchos años en Gijón y, aunque lo recuerda como una buena época y señala que para hacer compras de material es más sencillo, «ahora mismo internet lo soluciona, sólo hay que ser un poco más precavido y cuando vives en un pueblo te acostumbras a no hacer compras urgentes, sino a organizarte».
Tras su comienzo recibió la ayuda de los fondos europeos Leader, que «supuso un impulso para innovar, una especie de colchón para atreverme a hacer otras cosas». Actualmente cuenta con más de 36.600 seguidores en una popular red social y vende sus originales uñas a cualquier lugar de España e incluso Latinoamérica. Las hace a mano en su despacho, las empaqueta y las envía. «El precio puede ir desde los 24,95 euros hasta los 60 o 65 euros, en el caso de diseños muy especiales». Destaca además la importante red laboral que ha tejido en este tiempo, «aunque esté en un pueblo en mitad la montaña conoces mucha gente igual».
Desde su estudio también realiza formación online y este mes quiere empezar clases presenciales en un centro de Mieres. Mirando al futuro pretende «tener una academia, me gusta mucho enseñar, ahora estoy sola y no puedo meter más de cinco alumnas, pero espero poder tener hasta 10».
Es una enamorada de su pueblo para el que, su trabajo ya tiene repercusión. «Soy de las personas más jóvenes que se queda aquí y le doy visibilidad». Aunque reconoce que querría aportar más, «me gustaría que se conociera más el pueblo y siempre pienso en qué puedo hacer que llame la atención». Tiene claro que «vivir en un pueblo me aporta todo, despertar cada día y salir fuera a tomar un café escuchando el silencio y los pájaros, esta atmósfera es imposible de conseguir en otro sitio. Me aporta calma para enfocar el día con energía».