Foto: Emilio y María escuchan a la reproducción de Fernando Fernández Casariego relatar sus logros. / O. Villa
Las casas palacio. Tapia exhibe la herencia de los señores de las casas palacio del Parque Histórico del Navia. Uno de ellos, Fernando Fernández de Casariego, da su apellido al concejo
OCTAVIO VILLA
En pleno centro de Tapia, toda la planta baja de la Casa de Cultura es un museo que supone una de las tres entradas al Parque Histórico del Navia. Las otras dos están en Grandas de Salime (sobre los primeros pobladores) y en Puerto de Vega, en la que se relatan las ‘Historias del mar’. La puerta tapiega está erigida donde Fernando Fernández de Casariego había levantado a mediados del siglo XIX el gran mercado porticado, hoy desaparecido, pero reproducido en una bella maqueta de madera a la entrada de la Casa de Cultura.
Y este museo-puerta esconde sorprendentes secretos que hacen ineludible su visita a quienes quieran entender bien los nueve municipios de esta comarca.
Recorre el museo los más de 1.500 años pasados desde la caída del Imperio Romano de Occidente (476) hasta nuestros días, con especial atención, por una parte, a las impresionantes ‘casas-palacio’ de los grandes señores laicos y religiosos que fueron dueños de tierras y almas, ejerciendo un gran poder, disfrutando de enormes privilegios y, en algunos casos, como el de Fernando Fernández Casariego y Rodríguez-Trelles, primer marqués de Casariego, volcando el producto de sus negocios en la Villa y Corte en beneficio de su familia, sí, pero también de sus vecinos.
Méndez de Cancio trajo dos arcas de maíz de Florida a Europa en 1603, cultivándolo en torno al Palacio de Casariego
Entre sus regalos, la actual Casa Consistorial, el puerto (uno de los más hermosos del Cantábrico), el murallón, las escuelas, el instituto, el alcantarillado, la unificación parroquial… y la segregación del concejo de Castropol, motivo por el que los tapiegos acabaron dando su apellido al propio concejo.
Así pues, el museo comienza mostrando en una de sus salas una reproducción del despacho del marqués, con elementos originales del siglo XIX, y una de las sorpresas que esperan al visitante se dan cuando la informadora turística Marta García Mena resucita al mismísimo marqués, que en la forma de un holograma, relata a los visitantes sus desvelos por Tapia.
Más hologramas esperan en las siguientes salas, como el de un humilde campesino que explica cómo era la vida de la base de la población, que durante siglos convirtió necesidad en virtud, en cultura y en gastronomía, o como el de Gonzalo Méndez de Cancio (1554-1622), gobernador de La Florida, vencedor de Francis Drake y que fue quien, en 1603, se trajo de las Indias dos arcones llenos de semillas de maíz para comenzar este cultivo en Asturias y, dicen los expertos, en Europa, en las fincas que rodean el Palacio de Casariego, en la villa del mismo nombre, en las que aún hoy se sigue recolectando maíz, ahora, forrajero.
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