El caleiro de Ouria, de 1930, es visitable en la entrada en Taramundi por la carretera de Vegadeo / O. Villa
90.000 navajas. Pocas actividades definen tanto a un concejo como la de los ferreiros con Taramundi. Mazos, caleiros, fraguas y ferrerías son el alma y el orgullo de esta tierra
OCTAVIO VILLA
Taramundi acaba de ser noticia porque sus artesanos ferreiros comienzan el proceso para lograr que sus navajas tengan la protección y la promoción que supone contar con una Indicación Geográfica Protegida. Se trata, además, de optimizar el proceso que les lleva a producir nada menos que 90.000 navajas al año. Su producción supone, probablemente, el mayor porcentaje sobre el movimiento económico total de un municipio de Asturias de una única actividad, en particular de una artesanía.
La herrería tradicional define a Taramundi desde siempre. En cada curso de agua hay aprovechamientos de la fuerza hidráulica para mover los mazos, del mismo modo que algún molino. En varias de sus aldeas hubo caleiros, como el de la foto, en Ouria, construido en 1930 y rehabilitado para ser visitado y entendido, al pie de la carretera general de Vegadeo, en 2008. Los caleiros u hornos de cal son un ancestral modo de aprovechamiento de los recursos del territorio, en este caso, extrayendo cal de la roca caliza y permitiendo así actividades tan importantes para la higiene habitacional como el encalado de las casas. Esta actividad está asociada, pero no directamente vinculado a la actividad metalúrgica tradicional.
La artesanía de la navaja y el cuchillo de Taramundi, actividad tan arraigada en el concejo, surgió por la conjunción de varios factores: la presencia de hierro en toda la zona asturgalaica, que permitió el desarrollo de esta industria; la abundancia de agua, y sus bosques. Todos estos factores propiciaron la instalación de mazos y fraguas, donde se fundía el hierro, principalmente a partir de los siglos XVIII y XIX, época de gran esplendor.
El mazo más conocido es el de Os Teixois, ya documentado en 1752 en el Catastro del Marqués de la Ensenada y centro de la actividad turística actual. Pero no es el único. Mucho más cerca de la capital está el complejo de Mazonovo, y también hay otro complejo interesante (y privado) en Aguillón, con un azud llamativo. De camino a Os Teixois o a Mazonovo, por cierto, se encuentra el llagar de sidra más occidental de Asturias, Solleiro, que tiene a su vez la pumarada propia más cercana a Galicia. Y al otro lado de la capital, muy cuesta arriba, pasando La Rectoral y con preciosas vistas una quesería que demuestra que la creatividad no está reñida con la tradición.
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