JOAQUÍN SÁNCHEZ E ISABEL FERNÁNDEZ. QUESOS OVÍN – OVÍN (NAVA) – 69 HABITANTES
Con las manos. Tras estudiar técnico de alimentación, tres compañeros decidieron instalarse en Ovín, donde han creado su propia quesería y desde donde comercializan sus conocidos quesos por toda Asturias

LUCÍA LÓPEZ PÉREZ

Joaquín Sánchez, Isaura Souza e Isabel Fernández llevan casi tres décadas al frente de su quesería en Ovín, desde donde fabrican y comercializan sus quesos para toda Asturias. Su historia comienza en las aulas, concretamente en las de la carrera de técnico de alimentación, y posteriormente se vio prolongada en un largo curso de elaboración de quesos, donde aprendieron todo lo necesario para poner en marcha su negocio en la zona centro de Asturias, donde admiten estar «muy cómodos y encantados» ya que la tarea de vender sus productos se les hace mucho más sencilla. «Esta zona nos viene muy bien para el reparto y la distribución», cuenta Joaquín Sánchez.

Precisamente, para él, que estuvo trabajando durante unos años en la ciudad, «hay una gran diferencia» de trabajar en esta última a hacerlo en la zona rural. La más destacada para Sánchez como para sus compañeras es «la tranquilidad» que les aporta la zona. «En una ciudad grande igual te pasas una hora buscando aparcamiento para ir a trabajar. Aquí llegamos, dejamos el coche en la entrada y al minuto ya estamos trabajando», cuenta Isabel Fernández. Todo ahorro de tiempo es poco cuando se trata de elaborar hasta mil quesos en una mañana. «Depende un poco de la materia prima con la que contemos y el tipo de queso. Los ecológicos, por ejemplo, tardan más», afirma Fernández.

Sin embargo, no todo son ventajas. A lo largo de sus veintiocho años en el negocio, los tres han tenido que luchar por mantenerse a flote, pero ha sido en este último año cuando más fuerte han tenido que remar contra la subida de los costes del agua, la luz y la leche, la materia prima esencial para elaborar los quesos. «Lo más difícil de conseguir es la leche, porque apenas hay, y su precio se multiplicó por dos. Nosotros la compramos, no la recogemos», cuentan, y añaden que antes era la industria la que ponía el precio de la leche, pero que «ahora es el ganadero quien decide a cuánto la vende».

No obstante, estar instalados en Ovín les facilita un poco la tarea de conseguir la materia prima, ya que el acercamiento con los vecinos de la zona fue instantáneo desde el principio. «Aquí la relación con la gente es personal, cara a cara, que es algo que se está perdiendo», celebra Joaquín, mientras Isabel añade que «cuando un vecino tiene leche de más enseguida nos llama para dárnosla y eso se agradece. En el campo vale mucho la palabra, pero es algo en lo que no se puede fallar, porque entonces se pierde todo». Pero ellos tampoco se libran de la burocracia. Asegura que «nos hacen firmar papeles como si fuésemos una empresa grande, pero somos pequeños y apenas tenemos fuerza».

La precariedad en las telecomunicaciones también es otro de los problemas contra los que luchan día a día. Joaquín agradecería que se reforzase a niveles dignos del siglo XXI la red de cobertura de telefonía e internet en la zona, sobre todo para tramitar algunos pedidos y mejorar la comunicación telefónica, ya que algunas veces «las llamadas se cortan». No obstante, para ambos «gana más lo bueno que lo malo», aunque ellos, que recorren toda Asturias, son conscientes de que otras zonas de la región tienen aún menos medios que Ovín: «En algunos pueblos no tienen ni alcantarillas y eso debería solucionarse cuanto antes. Tenemos impuestos de primera, pero servicios de segunda», sentencian.