IVÁN ALLENDE. ALCALDE DE PILOÑA – 6.822 HABITANTES
«El cierre de Chupa-chups fue un impacto brutal, pero Nestlé va a recibir una nueva inversión que garantiza muchos empleos»

OCTAVIO VILLA

Infiesto. Si no vive usted o tiene algún tipo de ligazón con los concejos del interior oriental de la región, entre Nava y Arriondas o en Ponga, piénselo. ¿Cuánto hace que no pasa por allí? Las aperturas de los tramos de la autovía del Cantábrico por la costa entre 2000 y 2003 ha dejado la N-634 en esa zona, y con ella a los concejos que a finales del siglo XX sufrían aquellos graves atascos dominicales, muy liberados de tráfico, pero también les llevó a situaciones no muy deseadas. Ahora, Piloña va encontrando su nuevo sentido.

–Hubo quien propuso hacer una autovía por el Sella. ¿Tenía sentido? ¿O una duplicación de calzada de Lieres a Arriondas?
–Lo que sí necesitamos es una mejora de la N-634, de seguridad y de acortar los tiempos. Alguna zona de adelantamiento. Con todo, los tiempos que tenemos, de 35 minutos a Oviedo o de unos quince al hospital comarcal no son malos. Hay que quitar algunas curvas y habilitar zonas de adelantamiento. Con eso mejoraría el servicio de forma radical y no necesitaríamos ir más allá.

–Y desde el ministerio de Transportes, ¿qué respuestas hay a estas peticiones?
–Positivas. Son conscientes de que de Lieres a Cangas de Onís hay un tráfico muy importante, tanto de coches como de tráfico pesado. En verano hay un incremento muy importante, por el turismo.

–En comunicaciones, también han de mejorar las cercanías.
–Sí, llevamos tiempo reclamando esa mejora de fiabilidad. En Infiesto, las cercanías llegan hasta el mismo centro de salud. El tren es un medio de transporte muy cómodo y permite estar en muy poco tiempo en Parque Principado o en el centro de Oviedo, pero necesitamos que mejoren los tiempos y la fiabilidad. No puede ser que de Infiesto a Oviedo lleve más de una hora ir en tren.

–Piloña, hace un siglo, rozaba los 20.000 habitantes. Si los tuviese ahora, sería mucho más fácil atenderlos que a los menos de 7.000 que tiene, porque tendría un presupuesto mayor para la misma extensión.
–Es cierto, pero también cambian los tiempos, obviamente si tuviéramos más población tendríamos más acceso a recursos del Estado. Primero, prefiero tener 7.000 habitantes en 2024 que 20.000 hace un siglo. Ahora hay un nivel de vida muy diferente a la miseria de entonces, sin recursos y con ocho o diez hijos por familia.

–Usted se queja de que hay muchos núcleos que atender en el concejo y pocos recursos para ello.
–Claro que si hoy tuviéramos 20.000 habitantes tendríamos más recursos económicos. Pero siempre me gusta hacer esa doble comparativa, porque no podemos trasladar lo que pasaba hace 100 años a hoy. Entonces hubo mucha emigración a Centroeuropa, a Cuba, a Argentina… Dicho esto, si tienes más población tienes que dar más servicios, pero la recogida de basura tiene que pasar por todos los pueblos, haya una persona o hayan cien. La carretera tiene que estar igual de arreglada y tener el mismo mantenimiento. Por eso tratamos de ser atractivos para que la gente venga a vivir aquí, porque al final, oye, si mantenemos los niveles de población y conseguimos subirla un poco, estaría bien.

–¿Atraer población es posible?
–La gente ya está un poco cansada también de las ciudades. Y aquí hay oportunidades laborales tanto con el teletrabajo como con industria. Y la forma de crecer los críos en la zona rural es totalmente diferente.

–Usted tiene tres hijos…
–Sí, y vivir aquí, en Biedes ofrece que sepan cómo se vive en el medio rural y cómo se mantiene. Y cómo se disfruta. No es lo mismo estar en una villa o en la ciudad, que no les puedes dejar salir solos de casa, que esa crianza en un lugar donde están acostumbrados a convivir con los vecinos, donde van a jugar a casa de los amigos o ellos vienen a su casa. Es más natural, más…

–¿Más pegada a la tierra?
–Sí, más pegada a la tierra. Más auténtica en el sentido de lo que recordamos que pasaba en generaciones anteriores. Y creo que la visión de la gente, de lo que quiere, está cambiando. Que no sólo es prosperar profesionalmente, sino vivir mejor y que sus hijos tengan la oportunidad de disfrutar de una infancia como la hace generaciones.
Chupa-Chups y Nestlé

–El cierre de Chupa-Chups fue un impacto brutal. ¿Cómo se ha ido encajando?
–Lo fue. Éramos el concejo del oriente con más potencia industrial, pero creo que ahora volvemos a ser atractivos en ese sentido, con empresas que aspiran a que sus trabajadores vivan en entornos más tranquilos, saludables y que puedan tener unas mejores condiciones de vida. Por suerte hace poco recibimos la inmensa noticia de que la factoría de Nestlé va a recibir una nueva inversión para una línea de trabajo que va a garantizar muchos empleos y su permanencia. Es una línea de batidos dietéticos que sustituyen a una comida. Y generará muchos empleos indirectos de transporte, de logística y de más cuestiones, lo que es muy importante. Tenemos que ser capaces de mantener ese polo industrial. Hay en el polígono unas cuantas empresas que están innovando y vendiendo fuera, que crecen y compiten. Hay mucho trabajo y mucho compromiso en nuestros emprendedores, tanto en la parte más industrial o más de servicios y en la zona rural.

–¿Hay relevo en el campo?
–Bueno, últimamente hay gente que se está animando a ese relevo generacional, imprescindible. Necesitamos que haya gente trabajando el campo, porque somos el quinto o sexto concejo en cabezas de ganado, de carne. En leche quedan unas cinco o seis ganaderías, aunque las que quedan han crecido en tamaño.

–¿Con fincas adecuadas, de buen tamaño y autosuficientes?
–Es innegable que para ser rentable en agricultura y ganadería, hoy tienes que tener dimensión, pero nuestras condiciones geográficas hacen que tampoco haya grandes extensiones continuadas de terreno como puedes tener en el occidente de Asturias. Tenemos muchos montes, y de hecho somos uno de los concejos con más montes de utilidad pública, pero eso complica desarrollar la actividad ganadera.

–¿Y la forestal?
–Eso también, porque es media montaña, aunque estamos mejorando los accesos a nuestros montes. Por cierto, somos uno de los pocos ayuntamientos de Asturias que, aparte de los recursos que vienen de fondos europeos y del Principado para el mantenimiento de montes, de pastizales o desbroces contra incendios tenemos una partida municipal concreta que dedicamos todos los años a desbrozar para evitar los incendios.

–Hace años, Chupa-chups situaba a Piloña y a Asturias en el mapa para gente de todo el mundo. Ahora tienen otro referente mundial, el yacimiento del Sidrón, el que más cuerpos de neandertales acumula en un solo punto en todo el mundo. ¿Se ha aprovechado suficientemente para el beneficio de Piloña?
–Ahora mismo tenemos un convenio con la Universidad y el CSIC, y con el Gobierno. Con la adenda del año pasado mejoramos la exposición, y tenemos una gran implicación de Marco de la Rasilla y de todo el equipo investigador. Tenemos planteados unos cursos de verano en colaboración con la Universidad de Oviedo. Y habíamos planteado hacer aquí, ya antes de la pandemia, encuentros científicos de paleontólogos para darle a nuestros neandertales más visibilidad, pero nos pilló por medio la crisis sanitaria.

–El yacimiento en sí mismo está agotado, pero queda mucha investigación pendiente.
–Cierto. y hay que divulgar más lo que tenemos aquí. Hay varias líneas de investigación abiertas, que queremos impulsar tanto a nivel científico como de divulgación a nivel de calle y para su aprovechamiento turístico. Creo que podemos tener aquí un centro importante de divulgación especializada, más científica, que llegue a otro tipo de gente. Y en Piloña tenemos otro valor…
Cultura y buena vecindad

–Dígame.
–Nuestro tejido asociativo. Igual es por el carácter de los piloñeses, pero cada evento que se organiza aquí tiene éxito. El Nemorial Maria Luisa que es uno de los mejores cinco certámenes de naturaleza del mundo, con fotógrafos de los cinco continentes. Ese tejido social asociativo, cultural, deportivo, es muy potente y nos ayuda a atraer gente.

–Y la guinda es Rodrigo Cuevas…
–Sí, con La Benéfica y con su implicación. Ayuda a hacer ver que podemos llevar la cultura también a la zona rural. Viene a completar ese tejido social asociativo, esa dinamización cultural que tenemos en Piloña. Es que, además, Rodrigo ha hecho una apuesta personal por seguir viviendo aquí, cuando un personaje de su nivel estaría viviendo tranquilamente. Y no es sólo vivir, sino convivir, porque su gente está aquí, su ocio está aquí, y convive con los vecinos de Piloña. Y eso es muy importante, una clave de éxito, porque demuestra que es un ciudadano más que apoya al municipio y que intenta que la cultura, su sector, salga adelante como una persona más. Y cuando hay que apoyar a los vecinos, lo hace como uno más, lo que es un magnífico mensaje para todos.

 

SU LUGAR ESPECIAL

El área de El Chorrón

Iván Allende se define como «la consecuencia de una educación de mundo rural». Ganadero por herencia familiar, es también un profesor de matemáticas al que la labor de 24 horas diarias de los alcaldes no le deja ejercer «hasta que vuelva». Con tres hijos de ocho, cinco y cuatro años, es firme defensor de que los niños «vivan lo que es crecer en el pueblo, esa relación sana entre vecinos, ese ir a la casa de los otros niños o traerlos a la nuestra». De hacer comunidad en lo más cercano. Y de placeres tan baratos y formativos como «recorrer el camino de Villamayor al área recreativa de El Chorrón con los niños. Aquí –dice, al lado de una cuerria, un pequeño murete circular de piedra en el que se protegían de las ardillas y de otros animales las castañas recolectadas– entienden lo que es la vida». o. villa