GILBERTO ALONSO SUÁREZ. ALCALDE DE BELMONTE DE MIRANDA – 1.399 HABITANTES
«Para aprovechar bien los fértiles terrenos de vega del río Pigüeña hay que tirar de las concentraciones parcelarias»
OCTAVIO VILLA
Belmonte. A Gilberto Alonso (Fresnedo, 1976) todos en Belmonte le conocen como Gil. Y él conoce el concejo hasta tal punto que es capaz de precisar en medio de la entrevista que en estos momentos «hay seis mujeres esperando hijos en Belmonte». Ganadero de familia, trabajador en excedencia de obras públicas, y teniente de alcalde entre 2019 y 2023, sucedió en la Alcaldía a una líder muy querida en Belmonte, Rosa Rodríguez. Los relevos no siempre son fáciles, aunque en el anterior mandato ya era responsable de obras públicas y urbanismo, lo que suele dar una visión muy global del concejo.
– No le es desconocida la problemática del urbanismo municipal.
– Pues no. Nos encontramos con problemas porque queremos hacer cosas y hay mucho que estaba a medio hacer. Por ejemplo, en el Plan de Ordenación.
– Cambiar un plan es muy largo.
– Sí, pero si no puedes, hay que ir a planes parciales o normas subsidiarias para poder avanzar.
– ¿Cuáles son los objetivos a corto plazo? Veo que, a la entrada de Belmonte, el polígono industrial tiene poco terreno libre ya.
– Quedan tres parcelas, dos de ellas ya adjudicadas y la tercera la vamos a emplear para el Ayuntamiento. Vamos a sacar adelante un proyecto muy guapo para albergar un nicho de empresas con el apoyo de los Leader (unos 98.000 euros). Una parte la ocupará el Ayuntamiento y haremos mini naves para las pequeñas empresas.
– Necesitarán más suelo.
– Sí, queremos ampliar el polígono convirtiendo los prados de al lado en terreno industrial.
– ¿Cuántos metros cuadrados?
– Serán unas siete parcelas, unos 12.000 ó 13.000 metros cuadrados. Hay otras zonas en el concejo que podrían servir, pero la mayor problemática que tenemos es que como vivimos en el valle del Pigüeña casi todo es inundable.
– Hay mucha vega fluvial, aparentemente muy fértil, quizá algo encajonada y con poca agricultura.
– Tenemos que tirar por concentraciones parcelarias en las vegas para que puedan emplearse las tierras fértiles que tenemos. Hay miedo entre los propietarios a las concentraciones parcelarias, pero hacerlas puede ayudar a que haya incorporaciones a la actividad de agricultura y ganadería. Los vecinos no deberían tener miedo. Quien lo quiera emplear en agricultura lo podrá hacer y lo mismo con la ganadería, no es que hagamos concentraciones parcelarias en las que obliguemos a emplear los terrenos en algo concreto. Aquí, en la Ría de Miranda se dan unas excelentes fabas, que siempre han sido famosas. La tierra de esa vega tiene una fertilidad increíble, y siglos atrás, las naranjas que se recogían allí las comía la reina de Inglaterra.
Dos empujes industriales
– En 1962 la apertura de la central hidroeléctrica trajo cerca de 1.800 personas a Belmonte, un concejo que hoy tiene 1.399 habitantes. ¿Un fenómeno así, salvando la minería del oro en Boinás, es concebible ahora?
– Con la hidroeléctrica de Miranda estamos hablando para hacer visitas guiadas siempre que no interfiramos en su actividad. Además, aquí tenemos la que creemos que es la primer central eléctrica de Asturias, en Selviella, de 1909, en competencia con la de Laviana.
– Se lo decía porque Belmonte está muy envejecido y cerca de lo que se llama ‘desierto demográfico’.
– Es cierto, pero también hay gente joven que se está quedando aquí. Ahora mismo, en la escuela 0-3 tenemos 18 niños y para el año que viene, como hay seis embarazos, va a haber otros seis niños. Tenemos que tener unos servicios parecidos a los de la ciudad, y si no somos capaces de eso, difícilmente la gente se va a quedar.
– ¿Qué supone para Belmonte la actividad de la mina de oro?
– Tenemos una relación de respeto. Da empleo al municipio, no todo el que quisiéramos, porque de 480 empleos hay unas 70 personas que son del concejo. Creemos que es muy bajo ese número, y peleamos por que se aumente la contratación de belmontinos.
– ¿Cuántos años de actividad estima que le queda a la mina?
– Es imposible saberlo. Son empresas privadas que pertenecen a grandes grupos. Tenemos confianza en que continúe, pero depende mucho de la volatilidad del precio del oro. Ahora está muy alto, pero si por alguna circunstancia bajara y dejase de ser rentable…
– Se acaba de encontrar en China un megadepósito de oro. ¿Le preocupa que pueda tener una incidencia a la baja en los precios internacionales del oro?
– No creo que sea a corto plazo, porque hay que extraerlo. Aquí también tenemos que ser conscientes de que la mina es finita, no es un recurso para siempre. Puede durar dos, cuatro, y esperemos que dure diez o quince años, pero va a llegar un momento en que la profundidad a la que haya que extraer y los costes de producción harán que deje de ser viable.
– La As-227 no es la peor carretera que he visto en Asturias, al menos hasta Aguasmestas. De ahí a León es dura, y considerarla un paso a León es difícil. ¿Hay comunión de intereses con Somiedo para que se mejore?
– Belarmino sabe trabajar muy bien y ya lo está trabajando. De Aguasmestas a la Pola hay un embudo, y en su día ya había estudios y proyectos ya hechos que se pararon por un problema de conservación con una planta. Esperamos que llegue pronto a buen término ese arreglo.
– Belmonte tiene atractivos ocultos y algunos en riesgo de olvido, como la fragua romana de El Machuco, tomada por la maleza. ¿A quién le pertenece?
– A unos particulares. Puede estar desdejada porque hubo un reparto de herencia judicializado. Desde la Administración deben ponerse en marcha para obligar a los propietarios a conservarla. Nos hemos reunido con ellos porque nos puede interesar algún tipo de compra o de cesión a largo plazo, pero está un poco parado. Estamos pendientes de hablar con el Principado para ver qué se puede hacer ahí. Una cesión debería ser a plazo largo para amortizarla.
– El Palacio del cardenal Cienfuegos, en Agüerina…
– Es un Bien de Interés Cultural privilegiado. Es de propiedad privada, pero ya hablamos con la propiedad, que tiene muy buena disposición, para hacer encuentros y eventos allí, y es uno de los filones que tenemos. Necesitamos atraer a visitantes, en eso tenemos que trabajar mucho.
– ¿Y qué falta?
– Tenemos que dar servicios. Es un problema, porque tenemos el comercio en general y la hostelería bastante parados. Es un círculo vicioso. Pero estamos trabajando para traer un final de Vuelta Ciclista a España a Belmonte, porque podemos tener un alto curioso, como la zona de La Corredoria, con unas vistas maravillosas, o el Alto Carrecedo, o la Sierra Begega, donde podríamos tener un puerto de primera. También tenemos pueblos y asociaciones vecinales muy potentes que merecen optar a Pueblo Ejemplar, como los de Montovo y Vigaña, entre otros.
– Pues traerán turistas, así.
– Eso esperamos. El año pasado tuvimos una subvención muy importante, de unos 87.000 euros, y estamos haciendo un área de autocaravanas, en la zona de la entrada a Belmonte, junto al campo de fútbol. Es un sector que se está moviendo muchísimo. Esperamos tenerla en un par de meses.
– ¿Hay proyectos de kiwi?
– Ya tenemos en Albariza, y Shit-Astur, en Pando, está recibiendo muchos premios con sus setas Shitake. Pensamos en paquetes de rutas para los visitantes, como visitar por la mañana la hidroeléctrica de Miranda y el Museo de las Ayalgas, y por la tarde que se vaya a Shit-Astur y al Cercado de los Lobos. Estamos trabajando para hacer una asociación de hostelería y comercio y hay bastante interés por la hotelería y las casas rurales. Además, hay muy buenas rutas de senderismo, que viene mucha gente, pero que están poco trabajadas. La huerta nos da unas jornadas gastronómicas muy buenas de los arbeyos a finales de mayo, y el pote y la carne roxa, en noviembre.
– El lobo. Un atractivo en la Casa del Lobo y el cercado, y un problema en los montes.
– Tenemos mucho oso, tanto como Somiedo, aunque nunca supimos venderlo. Tenemos mucha más arboleda y eso dificulta que se vea. La Casa del Lobo es un atractivo muy bueno, que puede servir como escuela para poner en contacto a la gente extremista de ambos lados. Nosotros defendemos la gestión que el Principado venía haciendo del lobo, con la saca de algunos animales y evitando que vaya a más. Defendemos a los ganaderos, que es nuestro principal sector y esperamos que lo siga siendo. Para entender lo que hace el lobo hay que vivir en la zona rural.
– ¿Y la pesca del salmón?
– El río es muy importante. Con el Principado estamos preparando un proyecto para instalar ‘cajas viver’ en las cercanías del Palacio del Cardenal Cienfuegos. Son unas cajas en las que se ponen huevos para que eclosionen allí. Eso hace que luego los salmones vuelvan cuando sean adultos a desovar donde nacieron. El Pigüeña siempre fue salmonero, aunque ahora está un poco bajo. Con Hidrográfica estamos trabajando mucho en la limpieza de los ríos y haremos cuatro actuaciones en Selviella, Fontoria, Almurfe y Aguera, y limpianzo las zonas urbanas del río.
SU LUGAR ESPECIAL
Subida por la igualdad
Desde la zona más antigua de la capital, Belmonte, siguiendo el curso del Pigüeña, se encuentran los restos del monasterio de Lapedo, fundado en 1032 por los condes Pelayo Froilaz y Aldonza Ordóñez, nieta del rey leonés Vermudo II e hija de Cristina Vermúdez, la fundadora del Monasterio de Cornellana en 1024. Aún en 1792 estaba el cenobio en uso, y ese año Jovellanos fue investido allí caballero de la orden de Alcántara. Desde ahí, y hacia Repenerencia y Meruja (y más arriba, hacia el Camino Real de la Mesa), la carretera se empina y gana en vistas, y en esa subida, con una vista que envidiarían los monjes, hoy se yergue en una revuelta de la carretera una mesa que el Ayuntamiento pinta periódicamente de malva para concienciar sobre la igualdad entre hombres y mujeres. Es el signo de los tiempos y un bello lugar para tener una vista amplia de Belmonte. o. villa