FERNANDO FIGAREDO. ALCALDE DE PROAZA – 709 HABITANTES
«Proaza es mucho más que la Senda del Oso. Queremos hacer una red de pistas adicional, para que senderistas y ciclistas visiten otras partes del concejo»

OCTAVIO VILLA

Proaza. Fernando Figaredo es el alcalde más reciente de Asturias. El 2 de febrero pasado, una moción de censura le colocó al frente del Ayuntamiento con el apoyo del concejal bisagra, de IU, que le dio su apoyo ante lo que dicho edil consideró un incumplimiento de palabra por parte del anterior alcalde, socialista. La escena fue tensa, pero no hubo sangre que llegase al río. Figaredo (Oviedo, 1969), licenciado en empresariales y con 28 años a la espalda como funcionario del Principado en labores de vigilancia ambiental y de guarda forestal (en esta labor conoció Proaza a fondo durante más de dos décadas) es también cazador, piragüista y padre de dos deportistas, Laura, de 17 años y una de las mejores piragüistas del mundo en su categoría, e Iván, de 12, que compagina las paladas con el balón en un equipo de El Romanón, en Siero, donde vive la familia. El alcalde lo es por cariño a Proaza y porque, afirma, «en la vida hay que dedicar al menos una parte a hacer algo por los demás».

–No llegó a la Alcaldía como le hubiera gustado, ¿verdad?
–Fuimos la lista más votada, aunque luego PSOE e IU pactaron y estuvieron juntos hasta febrero. Su ruptura no la veo con dramatismo, sino de forma natural, porque conocía los detalles de todo esto. Todos son personas con las que he tomado cafés y lo seguiré haciendo, con los que hablaré por teléfono inmediatamente cuando haga falta.

–Entiendo que esto no es como en la Junta General, pero para un alcalde del PP depender de un concejal de IU igual no es la situación más cómoda.

–Bueno, hablando nos entendemos. Antes que las siglas están las personas, y aquí todos miramos por el bien común. La ideología sigue ahí en algunas cosas, pero todos buscamos lo mismo.

–Usted tendrá sus prioridades.

–Claro. Por ejemplo, creo que es muy importante contar con un recinto ferial cubierto que nos sirva también para eventos culturales y sociales. Donde si llueve no haya que cancelar. Pero bueno, necesidades tiene muchas Proaza.

–¿Tiene calculado cuánto podría costar eso?

–Sí, lo estamos mirando y vamos a intentar sacar un proyecto, para tenerlo pronto y que cuando tengamos pues la capacidad o la oportunidad de tener la financiación para hacer algo ahí tengamos todo preparado. Si no tienes el proyecto y la idea clara, las oportunidades pueden perderse.

–La Senda del Oso es hoy la espina dorsal del valle del Trubia, al menos visto con perspectiva de visitante. Pero da la impresión de que no se la aprovecha todo lo posible.

–Cierto. Los que la recorren paran en el cercado de los osos o visitan la Casa del Oso, pero igual acaban parando y consumiendo más en Quirós y en Teverga. Creo que en Proaza, que es mucho más que la Senda del Oso, tenemos que hacer una red de pistas alternativa, para que los ciclistas y senderistas puedan visitar otras partes del concejo cuando repitan y den vida a los pueblos. Y ojo, que digo en Proaza, pero también en Quirós con Valdemurio o en cualquiera de los otros concejos con sus atractivos, que no son sólo la pura senda.

–La carretera general está bien para comunicarse con Oviedo y el resto de la Asturias central.

–Sí que lo está. El problema lo tenemos más en las carreteras locales que dan acceso a los doce núcleos del concejo, en las que hay que actuar para mantenerlas, con un problema importante de argayos que hay que prevenir. Son grandes pendientes, con taludes importantes y con muchas pistas ganaderas que tenemos que desarrollar. Por ejemplo, tenemos que hormigonar pronto la de Serandi, y aún tenemos que asfaltar algunos pueblos, como Bandujo o Fabar.

Desarrollo de suelo y vivienda


–Están a un paso de Oviedo y a dos o tres de Gijón. ¿Hay demanda de segunda vivienda?

–Pues sí, hay gente que viene a conocer el valle y luego se compra una casa. Todo lo que sale a la venta se vende bien. Eso es bueno, que se venda, que se repare y se reconstruya, pero para mantener eso tenemos que animar nosotros, siendo eficientes a la hora de dar los permisos de obra.

–¿Cuánto tarda este Ayuntamiento en dar licencias de obra?

–Es rápido, es rápido, salvo cuando cambiamos de secretario municipal. Yo pido a los técnicos que agilicen la burocracia lo más posible, que no perdamos tiempo. Tratamos de ser muy ágiles y creo que lo estamos siendo. En menos de un mes lo podemos tener.

–¿Cómo que ‘cuando cambiamos de secretario municipal’? Lleva usted nueve meses de alcalde…

–Sí. Y en ese tiempo llevo tres secretarios. Es normal que busquen plazas fijas en concejos más grandes, pero para nosotros es un grave inconveniente, porque cada vez que se cambia de secretario, que además suelen venir en régimen de interinidad, tenemos una ralentización grande hasta que se hace con el papeleo.

–¿Pero esa volatilidad en el cargo de los secretarios municipales es normal?

–No debería. A ver, la plaza la cogió una profesional con una excediencia en comisión de servicio desde un puesto de Oviedo. Y luego se fue. Con la capacidad del Ayuntamiento, aspiramos solo a tener interinos, y eso nos lleva a la interinidad a nosotros. Como decía, cada vez que tenemos un cambio hay un parón de mes y medio o dos meses respecto al ritmo que debería ser normal.

–Su colega de Teverga dice que el concejo necesita un plan urbanístico nuevo para poder tener suelo para vivienda e industria. La CAC se queja de los planes urbanísticos actuales.

–Acabamos de llegar, pero reconozco que necesitamos tener un plan urbanístico nuevo. Eso lleva muchísimo tiempo. Y hay que empezar, aunque es cierto que lograrlo puede llevar dos mandatos municipales enteros.

Ganadería y fauna


–Proaza es concejo de ganadería pura de carne.

–Sí, aunque hubo un tiempo en que había vacuno de leche. Eso era cuando la economía familiar era de subsistencia, cuando cada familia tenía su vaca, con su leche, y sus gallinas. Hoy tenemos ganaderos muy hábiles, con un gran conocimiento y profesionalidad, que se manejan muy bien con la vaca roxa, la asturiana de los valles. Tienen mucho ganado y les gusta mucho los concursos. Pero tenemos el problema del lobo, igual que en casi toda Asturias. Aquí se ve claramente que los ganaderos están alimentando manadas de lobos a su pesar. Porque el lobo caza, come lo que caza, y caza lo que más accesible tenga. Y hoy eso es el ganado de todo tipo. Cabras, vacas y ovejas.

–Y el Ayuntamiento, maniatado ante ese problema.

–No tenemos capacidad de cambiar nada de eso. Pero es muy necesario recuperar un sistema de control de la población de lobo y también mejorar el sistema de tasación y valoración de daños.

–Los ganaderos se quejan de que ese sistema no tiene en cuenta el lucro cesante, poco la calidad genética y, aunque sería muy difícil de cuantificar, nada la parte afectiva.

–Nada. Eso es justamente a lo que, a lo primero que iba a decir. Es así, clavado. Y yo empezaría siempre por el factor emocional, porque los ganaderos, lo primero, son personas, que tienen unos animales a los que ven todos los días y a los que quieren. Son su modo de vida y de subsistencia, y sí, los venden, pero mientras están en sus manos los tratan bien y los quieren. Y hasta les ponen nombre. Así que cuando se encuentran con un animal suyo devorado por los lobos es un dolor muy intenso. Y no son sólo los lobos, también hay presión también de los osos.

–¿Y la parte genética?

–Tampoco se tiene en cuenta lo suficiente. Ni el lucro cesante, en absoluto. Si uno tiene una línea de cabras que te gusta y estás desarrollándola y te matan las cinco o seis cabras principales, que saben por dónde andan, dónde tienen que subir, dónde tienen que bajar, el resto ya quedan indefensas. Y aparte, ya perdió también la línea de calidad genética que se quería conseguir. Y aunque compre cabras nuevas con las ayudas, esas cabras no estarán habituadas a ese monte y a la presencia de los lobos. Cuantifique eso.

–Hay también un aprovechamiento forestal potencial al que igual no se le está sacando todo el beneficio posible, ¿no?

–Tenemos mucho cultivo de pino, aunque por los problemas que está generando al procesionaria he pedido a los técnicos del Principado que vayan mirando la forma de aprovechar esos pinos antes de que se sequen. También tenemos castaño, con líneas de actuación tanto para madera como para fruto, colaborando con el Camino Real de la Mesa y con Guillermo Palomero para buscar la forma de que se pueda aprovechar la castaña como lo hacen en El Bierzo, donde no queda una castaña en el suelo. Aquí se las vemos comer a jabalís, ciervos y demás.

–Proaza tiene una vega fluvial hermosa, pero pocos cultivos.

–Siempre hubo mucha tradición de plantar huerta. Algo de verdina, escanda, pero lo que ves en general son huertas de casa. Ahora se está estudiando la posibilidad de plantar naranjos y limoneros. La vega está a unos 150 metros sobre el nivel del mar, está muy protegida por las montañas de los lados del valle y las pocas heladas que hay suelen ser en el tiempo en el que tienen que ser.

 

SU LUGAR ESPECIAL

La Curvona de Susín
Cada vez que Fernando puede, sube a la Curvona, camino de Banduxo. Allí se reencuentra con Susín cada vez. Con su bonhomía y con sus infinitos conocimientos de la fauna y del paisaje de Proaza. Susín, panadero y amigo, se fue demasiado pronto, a unos jóvenes 70 años, hará cinco el 30 de diciembre, pero Fernando le sigue viendo allí, escuchando sus consejos y discutiendo sobre si un venado en la peña Caranga, a demasiados metros para que un urbanita siquiera sueñe con verlo, tiene diez, doce o catorce puntas. En la Curvona que bautizó Susín, el alcalde es de nuevo el guarda forestal, el cazador vocacional y el tiempo se detiene, como ese día, disfrutando esta vez con el gijonés César, vecino de Serandi.