FERNANDO ABARQUERO ZORILLA. PRO NATURA – GAMONÉU DE ONÍS – 19 HABITANTES
Sostenible y adaptado. Licenciado en Ciencias Medioambientales y después de viajar por todo el mundo para seguir formándose, Fernando Abarquero decidió asentarse en Onís y crear su empresa de ecoturismo
LUCÍA LÓPEZ PÉREZ
La relación de Fernando Abarquero con el campo empieza en las montañas de Palencia, su lugar natal. Después de haberse ido a estudiar ciencias medioambientales a León y posteriormente viajar por el mundo para continuar su formación académica y laboral, su relación se quedó en pausa, aunque Fernando jamás ha perdido el contacto con el mundo rural.
Tras quedarse en paro hace más de diez años, Abarquero tomó la decisión de profesionalizar las escapadas que hacía con sus amigos y abrir su propia empresa de turismo sostenible y adaptado. «Hice un análisis de cuál era la zona más interesante de España para montar una empresa y hacer lo que otros no hacen y decidí que lo más adecuado era la parte asturiana de Picos de Europa». Sin embargo, antes de lanzarse a la aventura de abrir su empresa y cumplir su sueño de «trabajar para espacios protegidos», decidió sumergirse en aquellos negocios que ya estaban instalados en la zona y aprender todo lo necesario, una situación que lo llevó al desencanto más absoluto. «Vi lo que hacían y vi que todo era una farsa», cuenta. Pero esto no le detuvo para fundar, «con el dinero de las propinas», Pro Natura, su empresa: «Me compré mi primer coche con ellas. Eso me hizo pensar que tal vez era bueno en lo que hacía».
Así empezó a rodar por la montañas de Picos de Europa, mostrando a pequeños grupos de turistas la zona. Pero no todo ha sido fácil, pues Fernando afirma que «como todo, el mundo rural tiene sus pros y sus contras». Sobre estos últimos, admite que la Administración le ha puesto, en ocasiones, unas «zancadillas» que, pese a haber dificultado su objetivo, no lo han alejado nunca de él. También lamenta la «competencia desleal que existe, especialmente en una zona turística como Onís», en la que según Abarquero hay negocios más grandes que «no quieren que la gente pequeña crezca», lo que supone una piedra más en el camino. Sin embargo, Fernando afirma que «también he recibido muchas ayudas. Desde el Principado me han tendido la mano y sobre todo desde la Sociedad Regional de Turismo y Cultura», cuenta orgulloso, recordando a quienes le han ayudado desde los comienzos.
Defiende que la vida en los pueblos no puede «idealizarse», sino que se debe entender su realidad:«La gente de la ciudad y del campo estamos unidos íntimamente. Necesitamos que nos contraten y ellos necesitan que les enseñemos la verdad», reconoce. Es por ello que a través de la asociación Eco Picos de Europa, lucha junto con otros profesionales para seguir trabajando. «Me he encontrado con gente que se ha volcado conmigo y de la que he aprendido todas las cosas que no me enseñaron en la Universidad». Pese a ello también se ha topado con personas que no han cumplido con su palabra en algunos tratos y cuenta que «en el campo también hay capitalismo, no debe romantizarse». Entre las soluciones para mejorar la situación del medio rural, Fernando tiene las cosas claras: «Tenemos que reclamar educadamente lo que es nuestro y pedir que nuestro dinero se invierta bien, porque es nuestro derecho». Admite que «moriré trabajando», aunque hasta 2025 está previsto que no reciba las ayudas solicitadas de los fondos Leader: «Necesitamos el dinero ahora. Cuando pido algo al Leader no estoy pidiendo limosna, sino reclamando mis derechos».