EL MERO LA COLORADA – NAVIA – 5.860 HABITANTES
Álvaro Pérez ha conseguido acercar a los los vecinos de su concejo un deporte como el crossfit, con el que se trabaja la fuerza que, según asegura, «es la base de la salud»

MARÍA JARDÓN

Cinco años lleva abierto en en Navia, el box de crosstraining ‘El Mero La Colorada’. Una apuesta del joven Álvaro Pérez, que decidió dejar su trabajo dando clases en un box de la capital para volver a su concejo natal. «Me apetecía mucho volver al pueblo donde nací, y creía que podía ser un buen negocio para la zona». Además, añade «mi pareja, Cova, estaba en Navia» y eso también inclinó la balanza.

A pesar de que podría parecer que no era la ubicación ideal para el público objetivo de este tipo de negocios, Pérez lo tuvo claro desde el primer momento: «No me dio vértigo porque confío en mi actitud a la hora de trabajar. Sabía que me iba a ir bien; para hacernos ricos no, pero para vivir de ello nos iba a ir bien». Habla en plural porque se refiere también a su socio, Javier Asenjo, que fue el que le animó a dar el paso y el que le habló de las ayudas Leader. «Yo no las conocía, así que me puse a trabajar en ellas y nos la concedieron», señala. «Fue un gran impulso económico para poder comprar más materiales al principio y trabajar más fácilmente».

Encontraron un local de unos 400 metros cuadrados y que «en el que es posible desarrollar todas las funciones que necesito para hacer mi trabajo», relata, y el 1 de abril de 2019 abrieron las puertas de ‘El Mero La Colorada’. Explica que las temporadas fuertes son, «septiembre y enero, como en todos los gimnasios», el momento de marcarse nuevos propósitos. «Lo importante es tratar de fidelizar a uno o dos de cada diez que te llegan. Si lo consigues estarás haciendo un buen trabajo».

Hoy en día en su box se pueden encontrar desde personas de sesenta años «hasta un niño de 13 que empezó a entrenar con nosotros con 12», destaca. «Empecé a dar clases de crossfit para gente mayor, tengo una clase de personas de más de sesenta años adaptada totalmente a su nivel y sus necesidades», señala. «Se trata de que hagan un poco de fuerza que es la base para una buena salud y moverse, pero a baja intensidad. No les repercute tener más o menos cardio. Una persona mayor busca tener unos huesos fuertes y reducir la pérdida de masa ósea. Y cuanta más fuerza hagas, más retrasas esa pérdida», afirma.

Su negocio ofrece la posibilidad de «hacer comunidad» y «aporta bienestar y salud a todo tipo de personas». Explica que dentro de una misma clase puede haber diferentes tipos de personas, de niveles o estados físicos. «El crossfit te da la posibilidad de ver entrenar juntos a un hombre de 55 años con uno de 18», sonríe. «Hasta ahora no había en la zona la posibilidad de que una persona mayor haga este tipo de deporte».

A corto plazo cuenta con ampliar la nave o buscar una mayor y desplazarse a dar clases, algo que le permitiría contratar a alguien para cubrirlo en el box. «Quiero dar clases a gente mayor en centros sociales o en pueblos, que no tienen la facilidad de bajar a Navia, desplazarme y dar clase una o dos veces por semana».

Poner en marcha su proyecto le ha dado la posibilidad de «volver a casa», y para que más jóvenes pudieran hacer lo mismo serían necesarias «más ayudas y que el Estado no agobiara con tanto impuesto», afirma. Y es que opina que tienen más oportunidades en la ciudad que en un pueblo: «En una zona rural hay menos competencia, pero te va a costar lo mismo pagar autónomos en Villayón que en Madrid, y allí es más fácil ganar dinero».