EL CAMÍN – VILLANUEVA (SANTO ADRIANO) – 134 HABITANTES
Xurde Llano puso en marcha El Camín en 2020. Desde entonces, a pedaladas, muestra la región a ciclistas de todo el mundo, a través de rutas guiadas de montaña y carretera

MARÍA JARDÓN

Lleva toda su vida sobre dos ruedas. Como ciclista pasó por todas las categorías: desde la escuela hasta la élite, y más adelante estuvo al mando, como director deportivo, por eso, poner en marcha ‘El Camín’ era un paso natural para Xurde Llano. Desde su etapa como director de equipo tenía en la cabeza una idea: ofrecer un servicio en Asturias en el que los clientes fueran tratados como ciclistas profesionales. Un enfoque que fue cambiando con el tiempo y que, tras recibir la formación necesaria, pudo ver la luz en 2020, en plena pandemia.

Este lugonense que vive en Grado decidió poner en marcha su propuesta en el Centro Tecnológico El Sabil, en Villanueva. «El centro de empresas daba muchas facilidades y tenía allí en marcha ya otro proyecto, ‘La biciescuela’, por lo que conocía la zona y poco a poco me fui asentando allí», narra.

Al principio, lo más complicado fue captar clientes. «Lo que hago no es generalista, mis principales clientes vienen de fuera y buscan un servicio muy puntual, de calidad y una atención muy personalizada», explica, «tengo clientes que se dejan aconsejar y les recomiendo las rutas, pero otros vienen a preparar otros viajes y buscan algo muy concreto, como desniveles, por ejemplo, porque a los seis meses van a ir Himalaya», añade. Y es que los servicios que ofrece no tienen nada que ver con las actividades de turismo activo; son grupos más reducidos, de entre cinco y diez personas. «Lo bueno es que la clientela suele ser bastante fiel» –destaca– «y ayuda mucho el boca a boca que en la comunidad ciclista funciona muy bien. Tuve hace poco a dos señoras pedaleando conmigo una semana. No se conocían entre ellas, pero habían venido recomendadas por la misma persona».

El Camín ofrece rutas guiadas para todos los niveles, tanto de carretera como de montaña, aunque estas segundas son las más demandadas. El único requisito es saber montar en bicicleta, «a lo demás me adapto, la gente viene en grupo y en función de su forma física o de si están de andar o no en bicicleta, diseño el recorrido», específica Llano. «Las rutas costeras son las más accesibles y las conozco bastante por lo que sé por dónde puedo alargar o recortar en función de la necesidad del grupo», añade.

El Camín ofrece sus servicios durante todo el año, «se trabaja menos en los meses de invierno, mientras que en primavera y otoño son las temporadas que más se demanda tengo», explica. En cuanto a los clientes, llegan de todos los puntos de la geografía española, pero también de Estados Unidos, Marruecos o Francia. «En carretera los llevas a subir los grandes puertos de la Vuelta Ciclista a España, que la gente quiere conocer, pero les da respeto. Con el guía se animan», aunque puntualiza que «principalmente hacemos rutas de montaña». También propone rutas para ciclistas asturianos: «Así conocen sitios nuevos y, además de explicarles la parte turística, les ayudo con la bicicleta, con la técnica y ofrezco consejos para que puedan manejarla mejor».

En los recorridos, Llano le da mucha importancia a la sostenibilidad y hace hincapié en que «los caminos por los que vamos son por los que se lleva el ganado al puerto, que esto no es un parque de atracciones, estamos usando un terreno que tuvo y que debería tener esos usos».

Ha vivido en Lugones, Oviedo y Grado y cree que «en Asturias no hay esa gran diferencia en cuanto a lo rural y lo urbano. Cuando vivía en Oviedo, en la zona de San Lázaro, tenía una ganadería al lado de casa», señala. Aún así, explica que el medio rural «es mi manera normal de estar en el mundo».