CÉSAR ÁLVAREZ FERNÁNDEZ. ALCALDE DE VEGADEO – 3.920 HABITANTES
«Se redujo el número de ganaderías, pero las que quedan son más competitivas. Tenemos que ser empresarios antes que ganaderos»
OCTAVIO VILLA
Lo primero que impresiona de César Álvarez es su presencia física imponente, eso sí, dulcificada por una sonrisa casi permanente. Este socialista, nacido en A Abraira en 1975, es alcalde desde 2015. Ha sido también profesor de Educación Física en el colegio de Edes y empresario (las discotecas móviles Mourelle, apelativo por el que también se le conoce en la comarca). Vegadeo es buena muestra de una historia repetida en muchos municipios del occidente asturiano. Hace 100 años no sólo destacaba por su ganadería, sus bosques y su agricultura, sino también por un sector transformador que se traducía en fábricas de papel, de chocolate, de cuero y, durante siglos, por sus trabajos de herrería (llegó a ser el principal proveedor de clavos náuticos para la Armada española cuando los barcos eran aún de madera). A mediados del siglo XIX rozaba los 8.000 habitantes y su puerto era el principal de la ría del Eo. Hoy tiene menos de la mitad de vecinos, el concejo está muy envejecido y su actividad económica principal es el sector primario.
–El puente de Los Santos se abrió en 1987 e impulsó la centralidad comarcal de Ribadeo.
–Nuestro objetivo no es luchar contra Ribadeo, sino ser complementarios. En una mano hay cinco dedos, ninguno igual a otro, y todos necesarios. Castropol, Ribadeo y Vegadeo tienen su función cada uno, y nos une más que lo que nos separa. Ribadeo es más cosmopolita y puede tener más turista con el puerto deportivo. Lleva muchos años desarrollando iniciativas cuando en Asturias no se podía. En los 90, Ribadeo apostó fuertemente y absorbió a toda esa generación del occidente asturiano, porque allí se podía comprar pisos a mejores precios. Hoy su territorio ofrece una serie de oportunidades y muchos asturianos van a trabajar allí, aunque también muchos gallegos vienen a Asturias, a los astilleros.
–¿Galicia trata mejor a su medio rural que Asturias?
–Lo trata diferente. Hay oportunidades para todos y ahí entra también el saber jugar con los reglamentos. No hay normas buenas, sino personas que hacen que sean más o menos rentables. El tipo de emprendedor en el sector primario es distinto. Me explico. En Asturias tendemos a asegurar la venta de la cosecha, sin dejar nada al comercio, al mercado, a la venta directa en casa. El gallego hace un reparto de tres tercios, asegurando la venta de un tercio, vendiendo otro a su círculo cercano y el tercero, a los mercados, para darle valor a su producto. El asturiano se desprende pronto de su producto y es poco arriesgado, el gallego arriesga más y cree más en su producto y lo trabaja más a la hora de comercializar.
–¿Cómo lo hace el gallego?
–No es que sea mejor ni peor, sino distinto. Lo que sí es muy necesario, por ejemplo en ECO 21, es que si apostamos por la agricultura ecológica y por el producto de cercanía, intentemos crear esa atmósfera de que es importante hacerlo a nivel social para ayudar entre todos a desarrollar nuestros territorios.
–PP, Foro e IU se unieron para rebajarle a usted el sueldo a casi la mitad. Es una decisión agresiva ¿Acabará la legislatura?
–Una decisión agresiva no es, es una maniobra que dice mucho de quienes la han hecho. Es una chapuza, porque tenían la posibilidad de hacer una moción de censura, pero saben perfectamente que mejor que lo hacemos el equipo de gobierno ellos no lo pueden hacer, porque para eso hay que dedicarle muchas horas y mucho trabajo a Vegadeo. Nosotros planteamos un programa con 100 propuestas, de las cuales están ya encarriladas todas, con dos años de presupuestos prorrogados y con una ejecución presupuestaria media del 93%. Es difícil de mejorar. La bajada de sueldo no me impide seguir trabajando, aunque me merme económicamente para mi proyecto familiar. Pero a nivel social, ellos ya están recogiendo los efectos de su maniobra. Nosotros hemos mejorado mucho la administración local y gracias a eso no se pierde ninguna ayuda europea y, además se ejecutan. Me puedo ir cuando quiera, que en el tiempo es estuve dejé una huella muy positiva.
–Cambia el mercado y el sector primario se debe adaptar. ¿Cómo va esto en su concejo?
–Bien. Se redujo el número de ganaderías, pero las que quedan son más competitivas. Los que quedan van cogiendo más terrenos y más cabezas. En ese mercado global en el que estamos, hay que pensar que tenemos que gestionar la ganadería como lo que es, una empresa. Tenemos que ser empresarios antes que ganaderos, pero también ganaderos. Porque hoy, cuanto más conocimiento tengas, mejor te irá. En cuanto a agricultura, hay nuevos desarrollos que tenemos que estudiar, y también tenemos la producción forestal y la acuicultura. Nuestras ostras son únicas en el norte de España, y es un mercado en el que hay que trabajar. Tenemos almeja, berberecho y otros moluscos, y podemos profundizar en esto en la ría, y en el río con el salmón, la lamprea y la trucha. Antes el salmón pagaba operaciones, estudios, nos hacían salir en prensa y al año siguiente había más.
–Pero ahora entran menos.
–O les dejamos entrar menos. ¿Y cuántos años llevamos sin repoblar el río? Tenemos que incidir en esto, porque el río ayuda a desestacionalizar, y la pesca y la caza ayudarían a generar turismo en unos meses interesantes.
–La pesca, y sobre todo la caza, tienen algo de mala fama.
–Son necesarias. No pueden ser matar por matar, y el cazador siempre fue quien reguló la fauna salvaje en el terrritorio. Nuestra reserva de la biosfera es la herencia de lo que hicieron nuestros antepasados, mientras que nosotros, ahora, vamos a dejar como herencia un río que ahora mismo no tiene vida. Algo hemos hecho mal y tenemos que comprometernos a corregirlo lo más rápido posible.
–Hablábamos de ganadería. ¿Queda mucha concentración parcelaria por hacer?
–Alguna, tanto en pradería como en forestal. Pero los alcaldes anteriores se movieron bastante. Se apoyó y luchó por devolver los montes conveniados a montes vecinales.
Diversificación rural
–Recuerda el cronista oficial de Vegadeo, Luis Casteleiro (miembro correspondiente del Ridea) que hace ahora 99 años el concejo tenía fábricas de papel, de chocolate, de cuero, herreros… Que se transformaba la producción primaria y que se exportaba. Tal cual lo que ahora se propugna bajo el término de ‘diversificación rural’. ¿Qué ha pasado?
–Pues que el discurso de la ciudad se impuso al del pueblo. Aquí se empezó a no creer que el territorio es un recurso, y se detuvo su explotación. El forestal, hoy, puede producir más de lo que produce y dejar mucho más dinero del que deja. En ganadería ocurre igual, como en agricultura o producción piscícola. Tenemos además ahora el recurso de la aerogeneración eléctrica, en el que no debemos decirle a nadie que nos lo venga a gestionar, sino aprender a gestionarlo nosotros. Y si genera dinero, ese dinero tiene que quedarse en el territorio, no irse a Madrid. Pero hay que pensar en hoy y en mañana. Mi bisabuelo tuvo que plantar robles para que yo tuviese vigas; mi abuelo plantó castaños para que yo tuviese muebles, y mi padre plantó abedules para que yo tuviese madreñas. Y yo tengo que plantar para mis hijos, mis nietos y mis bisnietos.
–Por cierto, que hay en Vegadeo muchos más abuelos que nietos. 447 menores, frente a casi 1.200 mayores de 65 años.
–¡Y dentro de pocos años los del ‘baby boom’ empezarán a jubilarse! Y con unas necesidades sanitarias y sociales que hay que cubrir, porque si no nos anticipamos, la bofetada va a ser muy grande.
–Vegadeo tiene muchos inmigrantes hondureños, paraguayos, ecuatorianos y brasileños. ¿Va bien su integración?
–Muy bien en cuanto a la relación con los oriundos. Si acaso, el mayor problema que tienen es académico, cuando llegan con 14 o 15 años, que ves que llegan con un ritmo educativo menor. Estamos trabajando para que no se queden atrás. Hay buenas oportunidades para estos chavales.
–¿Ve suficientes las ayudas a la natalidad del Principado?
–Todo ayuda, pero el problema no es político, es social. Antes tenías hijos porque necesitabas mano de obra; hoy no te hacen falta para tener un Estado del bienestar. Las prioridades cambiaron. Hoy, nuestros abuelos de 80 años andan conduciendo caravanas por Centroeuropa, mientras que mi abuelo, con 40 años, estaba en a lareira da cocía cuidando y enseñando a sus hijos y sus nietos. Pero tenemos que ser conscientes de que según lo que sembremos, así cosecharemos.
–¿Y qué cosecha prevé?
–Mis abuelos, hasta los 94 años con que fallecieron, siempre tuvieron en casa a alguien que les cuidaba. Hoy apenas hay hijos y te cuesta trabajo que te vengan a ver, si no es porque les tienes que cuidar tú a ellos. Somos más independientes, sí, pero también estamos mucho más solos. La felicidad no es estar riéndose solos todos los días, también es discutir con tu cuñado, el roce humano, relacionarse y hablar, aún discutir.
SU LUGAR ESPECIAL
Senda y área de Navaledo
Al lado del Suarón, uno de los tres ríos (con el Eo y el Monjardín) una senda cardiosaludable ha sido habilitada aprovechando el recrecido del encauzamiento y son numerosos los veigueños que la recorren cada día. A su lado y junto al instituto y el polideportivo, una zona lúdica, el área de Navaledo, una llana y extensa pradería arbolada y equipada con juegos infantiles, mesas de ajedrez y parchís, barbacoas y mesas de ping-pong da al concejo un lugar de esparcimiento que al alcalde le gusta particularmente. La de las sendas es una gran apuesta, por ampliar, de actividad física moderada, como la que une A Veiga con Castropol.