NURIA GARCÍA. CARRACUCOS GOURMET. MUROS DE NALÓN – 1.963 HABITANTES
Rescatando el pasado. Nuria cumplió su sueño cuando recuperó el antiguo ultramarinos de Muros y lo reformó para crear su tienda, desde la que ve cómo las ayudas a los pequeños comerciantes son una materia pendiente

LUCÍA LÓPEZ PÉREZ

Decir que Nuria García cumplió su sueño el día que abrió su tienda de productos gourmet podría sonar a cliché, de no ser porque «literalmente una noche soñé con esta tienda y cuando desperté se lo conté a mi marido, que me animó a ello». Así fue como esta avilesina, afincada durante muchos años en Escocia, tomó la iniciativa de abrir Carracucos Gourmet, una pequeña tienda en Muros de Nalón, su nuevo hogar, que conserva todos los encantos de aquel ultramarinos que ‘Los carracucos’ –los primeros dueños– abrieron hace casi un siglo. Comenzando por el nombre, que Nuria quiso mantener «en homenaje» a los antiguos propietarios y siguiendo por el suelo y la barra de madera en la que el matrimonio atendía a los fieles clientes que todos los días pasaban por la tienda.

De aquel ir y venir de gente queda ahora el recuerdo, ya que pese a que «es un lugar al que cada vez viene a vivir más gente porque lo tienes todo a mano y es muy tranquilo», las ventas ya no son lo que eran entonces. Nuria lo sabe bien. Desde que abrió la tienda el 1 de mayo de 2022 –como un «complemento a la academia de inglés» en la que da clases junto a su marido algunos días a la semana– «los vecinos la han recibido con los brazos abiertos», felices de que alguien se animara, por fin, a retomar un negocio que «llevaba casi treinta años cerrado». Para ella «todo fue rodado» desde el comienzo, pues «cuando vi el lugar supe que era este y en seguida nos pusimos a trabajar para reformarlo y hacer de él el espacio con el que había soñado». Algo que sin la ayuda del Ayuntamiento de Muros donde «se portaron muy bien conmigo y me facilitaron mucho toda la burocracia y el papeleo», no hubiese sido posible, ya que la Administración no le allanó tanto el terreno.

Tras el final del verano, en el que «la tienda estaba llena de gente todos los días», y de las navidades, que también «se dieron muy bien, especialmente en la venta de vinos y quesos y de cestas para regalo», la cuesta de enero y febrero comienza a adquirir cada vez más pendiente para Nuria. Y es que a la «falta de ayudas» para los pequeños vendedores, algo con lo que Nuria se ha encontrado en más ocasiones de las que le gustaría, se suman los problemas de conexión a internet, algo que ha hecho que la avilesina aún no se haya atrevido a dar el paso de crear su propia página web. Ella tiene claro que «si se instalara de una vez y en condiciones la fibra óptica en toda la zona rural mucha gente se quedaría en los pueblos y podría desarrollar en ellos sus negocios y actividades sin necesidad de marcharse». No obstante, la ausencia de una tienda ‘online’ no impide a Nuria exportar algún que otro producto, principalmente: vinos, quesos y conservas. «Algún cliente de Madrid que estuvo aquí en verano me pregunta de vez en cuando si puedo mandarle algo, y claro que lo hago» recuerda, aunque reconoce que «exportar a mucha gente aún me da un poco de respeto».

Puede que por eso prefiera el cara a cara clásico, algo que se está perdiendo y que para ella es esencial, pues «nada se compara a ofrecerle un café a los clientes y que se lo tomen mientras se pasean por la tienda viendo todos los productos».

Nuria no titubea al asegurar que «es fundamental recuperar los negocios de la zona rural para afianzar la población». Así lo lleva demostrando desde que se mudó a Muros y abrió, hace casi uno, una tienda que la ha mantenido despierta sin dejar de soñar y para la que ya tiene pensados futuros planes de ampliación.