CÁRNICAS CAMPOMANES – CAMPOMANES (LENA) – 602 HABITANTES
Embutidos. David de la Riva encarna la tercera generación al frente de Cárnicas Campomanes, con cinco empleados en su plantilla

MARÍA JARDÓN

En la avenida del Huerna, una de las principales calles de Campomanes, se encuentra Cárnicas Campomanes, un negocio familiar, de los de toda la vida, que ya va por su tercera generación. «Hace 70 años que mi abuelo empezó con una carnicería en Sotiello, un par de kilómetros arriba, y hace unos 60 años que abrió la tienda aquí», explica David de la Riva, que desde 2007 está al frente de la tienda y desde 2018 de la fábrica de elaboración de embutidos, que a día de hoy continúa haciendo las cosas como antes, de manera tradicional.

Más de 25 años lleva De la Riva en el negocio cárnico –«llevo aquí desde los 17 años»–, pero desde que nació ha visto cómo se hacían las cosas y quiere seguir haciéndolas igual. Y es que el embutido es la base de su negocio y, por ello, «llevamos toda la vida haciéndolo de la misma manera, mas tradicional imposible. Compramos las canales de cerdo, despiezamos y elegimos las partes más adecuadas para los diferentes chorizos que hacemos», explica. Porque ofrecen una amplia variedad de este tradicional embutido, así como otras piezas, como morcillas, salazones, panceta, costilla adobada o lacón.

Se trata de una fábrica pequeña, donde el año pasado se produjeron 17.000 kilos de chorizo y unos 7.000 de morcilla, más lo que elaboran del resto de productos. Cuentan con cuatro puntos de distribución de acceso directo, la propia tienda en Campomanes, otra en Pola de Lena y un par más en la Felguera y el Entrego. Además, cuentan con la página web y con una furgoneta que, mínimo una vez a la semana, visita todos los pueblos del concejo para acercar el producto a los vecinos. «Lo preparamos en bandejas termoselladas, la gente llama, encarga y se lo llevamos y el que no lo encarga es como una carnicería ambulante», explica De la riva. «Llevamos más de 20 años con este servicio que acerca nuestras elaboraciones a todos los vecinos del concejo», añade.

Por otro lado, decidieron dar el salto a la venta online con una página web que les da la posibilidad de llevar el producto a otras zonas porque hoy, «a través de la web o vía teléfono en 24 o 48 horas tienes el chorizo a la puerta en cualquier parte de España», recalca. Pero reconoce que su tipo de venta es más cercana y que una vez que lo prueban «acaban llamando por teléfono y ya son como clientes de casa, es una ventana de publicidad para luego coger ese otro tipo de trato más cercano».

Un buen hacer que les ha servido para estar dentro de la marca Morcilla, Chorizo y Compango Asturiano, así como dentro del sello de calidad Alimentos del Paraíso, algo que «beneficia mucho porque también es un reconocimiento al producto», destaca David e la Riva. Aún así, hace hincapié en que su producción es pequeña, «pero importante para nosotros. Tampoco podemos crecer más ni por el espacio, ni porque queremos respetar lo que hicimos siempre, que es traer la materia prima desde el origen. Creo que eso tiene que notarse en el resultado».

Productos elaborados sin aditivos –«sólo le echamos pimentón, sal y ajo y está curado en leña de roble», relata– y no hay más que entrar en la fábrica para ver que es así y dejarte envolver por el olor que desprende.

Una empresa familiar que, además del propio, aporta cinco trabajadores a «un sitio donde el trabajo escasea. Son cinco familias y eso ya es importante». Pero además, ayuda a llevar el nombre de Campomanes y darlo a conocer. «Al estar metidos en Alimentos del Paraíso, tener una fábrica pequeña aquí en Lena con un sello de garantía, es una manera de dar publicidad, la fábrica Campomanes, mucho o poco se conoce».