CARLOS VALLE. ALCALDE DE CUDILLERO – 4.945 HABITANTES
«No pediré al Principado que cubra los sobrecostes turísticos. Un vecino de Yernes no tiene por qué tener menos recursos que uno de Cudillero»
OCTAVIO VILLA
Cudillero. En el Rodillero de la novela ‘José’ del lavianés Armando Palacio Valdés los pescadores y sus familias subsistían a base de bravura, pescado y una dignidad sencilla y honrada. Hoy, el Cudillero que inspiró a Palacio Valdés quiere seguir siendo fiel a esa esencia, pero también es uno de los concejos asturianos que más riesgo tiene de morir de éxito en otro sector, el del turismo. Es icónico por la conformación de su puerto y de lo que su alcalde, el socialista Carlos Valle, llama «el anfiteatro» de casas multicolores que está entre las imágenes más fotografiadas por los turistas en todo el litoral nacional. Valle pugna por segundo mandato por convertir ese riesgo en un futuro brillante para los pixuetos.
–Con la pesca en retroceso y el turismo haciendo que haya que pensar en limitaciones puntuales, ¿no corre Cudillero el peligro de morir de éxito?
–Sí, tenemos que conjugar la calidad de vida de los vecinos con la creación de una estructura turística adecuada que nos permita especializarnos y profesionalizarnos como destino turístico. También, sin olvidarnos de nuestro tejido industrial, aunque el suelo industrial que tenemos es limitado. Hemos de consolidarlo y protegerlo, pero ya no avanzar más, porque somos un municipio turístico. Sin olvidar que la experiencia de los destinos turísticos es buena cuando se garantiza la armonía entre el turista y el vecino.
–Cudillero tiene ya ‘momentos Benidorm’ de saturación.
–Exacto, y en eso nos hemos volcado en el anterior mandato. Por una parte, recuperar una imagen turística que llevaba años aletargada. No estábamos ni en Fitur, ni en la agenda de la Consejería de Turismo, y en solucionar eso me apoyó mucho el Principado. Por otro, este mandato va a estar marcado por la regularización turística y el control de la masificación, ofreciendo también calidad.
–Se ha sacado el tráfico de la villa y se ha creado un gran aparcamiento. Pero aún así en verano hay días que no se puede entrar en Cudillero.
–Cuando hablo de calidad me refiero en primer término a ese control de las visitas. Queremos recircular a los visitantes por el municipio si en un momento dado no pueden entraar a la villa, porque el que entra tiene que poder conocerla con tranquilidad y pararse a comer.
–Y ¿cómo lo harán?
–Hemos hecho ya un estudio sobre cómo se está usando el aparcamiento y cómo regularizarlo. Tenemos que hacer más cómodo venir, crear aparcamientos disuasorios con buses lanzadera y un circuito de información mediante cartelería digital que te informe de cómo están las diferentes zonas turísticas del municipio antes de llegar. Probablemente nos ayudemos también con una aplicación. Lo que no queremos es que nadie se vaya sin ver Cudillero.
–La cuestión demográfica pesa. Oficialmente no se han recuperado los 5.000 habitantes aún.
–Tenemos que hacer una radiografía real respecto al despoblamiento. Nos mantenemos bastante bien y a día de hoy se ha incrementado un poco la población. De hecho, en realidad creo que estamos algo por encima de los 5.000 habitantes. Tenemos razones para ello, somos atractivos por varias razones: Estamos muy bien situados, muy bien comunicados y con el aeropuerto muy cerca, lo que nos ayuda mucho a desestacionalizar, máxime con la oferta aérea que tenemos. Somos uno de los municipios más beneficiados por esta política del Gobierno del Principado.
–En otros concejos la desestacionalización es aún un ideal.
–Aquí tenemos visitas a lo largo de todo el año y los hoteles y alojamientos tienen ocupaciones muy altas todos los fines del año, más allá de esos tres meses con los que siempre se trabajaba.
–En zona rural hay muchas quejas sobre la lentitud de los trámites administrativos…
–Precisamente, la nueva oficina técnica que hemos abierto en Cudillero es para agilizar las rehabilitaciones públicas y privadas, como una ayuda al que quiere invertir y al que quiere rehabilitar y no en una traba administrativa pasando de conceder licencias urbanísticas hasta en tres años a sólo 15 días, que es en lo que estamos ahora para una vivienda unifamiliar. Nuestra media para un informe es de 20 días.
–Póngale números a eso.
–Pues teníamos un problema en el ‘anfiteatro’ en cuanto a alojamiento, y en cuatro años se han desatascado más de 25 casas protegidas por Patrimonio, que han salido adelante convirtiéndose en su mayoría en negocios no sólo de alojamiento de muy buen nivel, de los que acompañan la calidad del destino turístico, sino también tiendas y otras iniciativas de restauración. Algunas eran ruinas que hemos permutado a cambio de rehabilitarlas y que nos permitirá una mayor oferta cultural y docio tanto a vecinos como visitantes, como la Casa de las Tres Culturas, que estaba en ruina técnica y económica y la hemos convertido en un centro de exposiciones e interpretación.
–Agilizar las licencias de edificación también habrá supuesto recaudar más y tener más actividad en la construcción ¿no?
–Pues sí. Este Ayuntamiento ha pasado de una situación económica decadente a una cómoda. Cuando llegamos a la Alcaldía, el Ayuntamiento estaba en una ruina económica latente, y hoy en día Cudillero ha pasado de cerrar sus ejercicios en negativo a tener todos los años más de un millón de euros de remanentes positivos. El incremento de ingresos se ha multiplicado por ocho en este ayuntamiento. Las licencias urbanísticas generaban unos 80.000 euros al año cuando nosotros llegamos. Ahora se ingresan en torno a 600.000 euros de licencias urbanísticas al año. Y esas resoluciones van acompañadas de la satisfacción de una persona a la que le llega con agilidad su expediente para una rehabilitación.
–Con todo, la financiación municipal es la queja general de casi todos los alcaldes.
–Es un tema muy antiguo, que se tendrá que revisar. Todos los partidos de Asturias, y en particular el PSOE, tienen ganas de hablar sobre esto. Y tendrá la participación de los alcaldes. Tengo que poner en valor que estos últimos años, con el aval para la utilización de los remanentes de tesorería hemos crecido en infraestructuras, en capacidad de invertir en los vecinos. Antes, esa limitación nos tenía ahogados por la decisión de un Gobierno central del PP, que fiscalizaba el dinero de todos los vecinos y vecinas.
–¿Y pese a usar el remanente reducen la deuda?
–Pues con datos concretos, pasamos de tener cuando llegamos ocho millones y medio, o más, de deuda, a que hoy no lleguemos a los cuatro millones. Y eso, con una pandemia de por medio. Ahora tenemos un remanente de tesorería muy potente, podemos hacer frente a circunstancias, cumplimos al rajatabla con la regla de gasto, cumplimos con la estabilidad presupuestaria, cumplimos con el plan de ajuste y, una cosa que para mí es muy importante, atendemos el periodo medio de pago a proveedores que pasó de ser de cuatro meses a diez días.
–Hay municipios turísticos que se quejan de que sus presupuestos no les dan para cubrir el sobrecoste que suponen los turistas para prestar los servicios públicos en temporada alta.
–Pues yo soy clarísimo. Las competencias son municipales y defiendo que seamos los ayuntamientos quien tenemos que sacar nuestras políticas públicas para hacer frente a su coste. No soy de los alcaldes que pide al Principado, ni lo voy a hacer, que cubra los gastos turísticos de los municipios. Si hay para todos los municipios, seamos turísticos o no, bien, pero no creo en que un vecino o vecina de Yermes y Tameza tenga por qué tener menos recursos que uno de Cudillero.
–¿Está satisfecho de cómo va el sector ganadero?
–Antes de ser turístico, Cudillero pertenecía totalmente al sector primario, tanto de pesca como de ganadería. Éramos un de los puertos pesqueros pirncipales. En ganadería tenemos todavía fuertes iniciativas empresariales, en las que además me enorgullece saber que muchas de ellas están dirigidas por mujeres jóvenes. Nuestro compromiso tiene que ser proteger tanto a la pesca como a la ganadería.
–Sí. ¿Y la ganadería cómo va?
–Hay un gran esfuerzo de modernización. Hay una infraestructura privada de ganaderías que tienen robotizadas sus instalaciones, lo que hace que el trabajo sea hoy sacrificado, igualmente, pero más sencillo.
–Viene usted de familias de pescadores.
–Sí, y me alegro de que es un sector que está cambiando para bien, tanto en medios técnicos y en seguridad como en los cupos, que en los últimos años se han relajado. Todo ha de ir por la línea de proteger al pescador y al ganadero desde las administraciones públicas
–Porque no se entendería un Cudillero sin pescadores.
–Siendo sinceros, la pesca en esta generación se está mermando, porque no hay incorporación de jóvenes. La pesca artesanal tiene que tener más valor, hemos de primarla desde las consejerías y el ministerio. El propio Luis Planas, hace unas semanas, recibió a una delegación de pescadores de Cudillero, lo que dice bastante de la cercanía con la que se quiere trabajar con estos sectores. Se lo agradezco, así como agradezco su implicación al consejero Marcelino Marcos.
–A los pescadores les preocupa la eólica marina prevista.
–Creo en las energías renovables, siempre que se demuestre técnicamente que no se perjudica en absoluto al sector pesquero.
SU LUGAR ESPECIAL
Las casas de los abuelos
«Las casas de mis abuelos, de las familias de los Carmenchos y del Pinchi, están a los dos lados del Ayuntamiento, y me crié entre pescadores». Carlos Valle tiene el despacho de Alcaldía a apenas unos metros de donde transcurrieron sus juegos infantiles, mientras las abuelas Angelinos y Filomena le vigilaban y los abuelos Clemente y José Manuel estaban a la mar, a veces por varias semanas. Valle se ha tomado como un desafío personal y como un servicio a sus vecinos recuperar y mantener la esencia de las callejuelas y edificios de una villa tan marinera como Cudillero, aunque ahora haya más turistas que gatos, incluso los días de mediados de semana de un otoño lluvioso. o. villa