ANA ISABEL FERNÁNDEZ GARCÍA. ALCALDESA DE NAVIA – 8.114 HABITANTES
«Queremos que las pocas veces que nos atienden en Jarrio no nos manden a hacer turismo sanitario por Asturias»
OCTAVIO VILLA
Navia. Es naviega de ida y vuelta. Nacida en Gijón en 1969 a causa del desplazamiento de sus padres por motivos laborales a la capital de la Costa Verde, con apenas cuatro años y medio la incorporación de su padre a CEASA la devolvió a sus raíces familiares. Ana Isabel Fernández no es una política al uso. Técnica de la Hacienda Pública, trabajó durante 21 años en Foz (Lugo) y desde 2018 a 2023 en la delegación de Avilés «siempre con muy buenos compañeros, he sido muy afortunada», confiesa. Casada con un empresario de la construcción y madre de un hijo titulado en Físicas que a sus 24 años reside en Madrid, la alcaldesa naviega (PP) es de esas que no admiten medias tintas ni retrasos en la adopción de decisiones necesarias para su concejo y su comarca, lo que genera, a la par, adhesiones y críticas igualmente intensas. «Me da lo mismo, estoy aquí para hacer cosas por Navia. Y cuando acabe, me volveré a mi puesto».
–Se queja de la relación con otras administraciones, poniendo el ejemplo del espigón de la ría y su urgente reparación.
–Es que es buen ejemplo. Me incorporé a la política en 2019, cuando ya se había hecho una obra ruinosa por parte del Principado. Se basaba en un proyecto que a los cuatro meses se demostró que no servía. Supuso una pérdida de dinero. Fernando Lastra, que era el consejero, reconoció públicamente, preguntado por el PP, que había sido un error. Y la consejería encargó un estudio a la Universidad de Cantabria. Llegan los resultados y lo que dicen es que ‘hay que seguir estudiando’. ¡Y le encargan seguir estudiando a la misma entidad! Desde ahí, todo han sido evasivas sin resultados. El concejal socialista Gonzalo Asenjo Palmerola, entonces en el equipo de gobierno, dijo que sabía que sí había un proyecto, y lo mismo me dijo el consejero. Y la realidad es que ese proyecto no existía. Era un proyecto antiguo que no servía. Previo al estudio. La última vez que fui, el consejero me dijo que no se van a hacer cargo porque es una competencia impropia, que le correspondería a Costas. Que iba a iniciar el proceso para transferírsela y la negociación correspondiente. Con lo cual hemos estado perdiendo un tiempo precioso.
–¿Cuánto cuesta reparar el espigón, y qué efectos está teniendo que esté derrumbado?
–Pues creo que unos cuatro millones de euros, pero no lo sé con seguridad. Hay una base de un espigón antiguo y habría que prolongar el espigón que tenemos para que frene el efecto de las corrientes sobre el espacio de la playa de Navia. Al lado de Coaña, la ventaja que tienen es que lo mantiene ENCE, porque por ese lado va su emisario.
–En ese lado de la ría también está el hospital de Jarrio, que es Coaña, pero que sirve a toda la comarca. El PP ha sido especialmente beligerante con las carencias de Jarrio, mientras que desde el Gobierno se intenta hacer ver que hay un posicionamiento político en eso.
–En absoluto es una postura política. Es una realidad. Y sí, yo he sido muy beligerante y desde luego que lo voy a seguir siendo. Mientras no vea que se ofrece la calidad de la asistencia sanitaria y en la forma en la que entiendo que se debe prestar a los vecinos del occidente y particularmente a los de Navia, seguiré siendo beligerante. Y diré las cosas donde las tengo que decir y a quien se las tengo que decir, a la consejera.
–¿Qué le dirá?
–Pues que los vecinos ven cómo se les niegan consultas. Entran en listas de espera, tardan, te citan y cuando llega la fecha te la anulan. He visto personas que han estado años esperando una consulta especializada en Jarrio. Hay personas que han estado pendientes de operaciones, el cribado del cáncer de mama y durante más tiempo del que sería deseable amparándose primero en que el aparato estaba estropeado y luego en la pandemia. Llegó un momento en el que la sociedad se cansó y salió a la calle a decir ‘basta ya. Queremos atención sanitaria de calidad, queremos profesionales, queremos que las plazas se cubran, queremos que nos atiendan y que las pocas veces que nos atienden no nos estén mandando a hacer un turismo sanitario por Asturias’. Y le puedo asegurar que esto no lo dice sólo gente del PP, sino de todas las ideologías. Yo soy del PP, pero mi atención sanitaria es la sanidad pública, a la que siempre he defendido.
–Bueno, Salud está dando algunos pasos en Jarrio. Se reconocen las faltas, aunque sea por la vía de los hechos.
–Ese es el gran logro de los alcaldes que hemos defendido esto, que por fin se ha reconocido que hay un problema y ahora se dice que se traen sanitarios y que se hacen inversiones que siempre se fueron prometiendo y siempre quedaron por el camino. Hubo un plan en 2020, creo recordar o por ahí, un plan de varios años en el que había 21 millones de inversión prevista. y no se hizo nada. Entonces, bueno, que vienen profesionales, fantástico. Pero todavía queda mucho recorrido y todavía quedan muchas incertidumbres porque en estos momentos se nos está hablando de una fusión sanitaria en sólo tres áreas.
–Percibo que no le gusta…
–La fusión de las tres áreas se justifica en cuestiones meramente administrativas. La letra pequeña es muy importante y no se nos está contando. Quienes la defienden siempre dicen que en Asturias es insostenible que haya tantos hospitales. Defienden la fusión para eliminar hospitales porque consideran que es impropio que haya tantos hospitales y que no se pueden mantener, y eso sí que es insostenible, porque deja sin atención hospitalaria a un territorio muy grande y a muchas personas.
–¿Según eso, cree que peligra el hospital de Jarrio? ¿Y el de Carmen y Severo Ochoa?
–O los dos. Y hay otra realidad, que es que los profesionales no quieren venir a Jarrio. Primero, porque se ha gestionado mal de tema personal, porque a Cangas van sin ningún problema y no tienen mejores condiciones que en Jarrio ni de localización ni de nada. Y la mentalidad de los profesionales cambió y eso se ha gestionado mal. Se ofertan plazas y no siempre se cubren.
–En la parte económica, Navia va razonablemente bien, con tres grandes empresas y muchas pymes. ¿Qué le falta para acabar de despegar?
–Una formación profesional dinámica y acorde con las necesidades de nuestras empresas. En estos momentos está empezando a ser difícil encontrar trabajadores. No requiere dinero, no requiere financiación, requiere una serie de cosas que no se están haciendo. Aquí tenemos una formación profesional muy limitada y reclamamos más formación profesional, que puede ser profesional en el plan de lo que hay ahora, la formación dual y demás, pero que también puede ser una formación más dinámica, más adaptada a obtener certificaciones para poder trabajar en cada momento según las necesidades. Fontaneros, electricistas, que escasean ya en las empresas no solamente de Navia, sino de nuestro entorno.
La pesca y el puerto
–El 1 de enero de 1998, el puerto pesquero de Puerto de Vega sufrió una ‘vaga de mar’ que hundió la flota de bajura. ¿La reforma del puerto ha sido suficiente para que no vuelva a pasar algo así?
–El Principado, en su Plan de Puertos, reconoce que es necesario. Hace falta el dique del Canouco, que permitiría salvaguardar, proteger a los barcos en la entrada del puerto que en determinadas condiciones es un poco difícil.
–¿Quizá otras administraciones ven la pesca de bajura como un sector a extinguir?
–Es un problema que padece el sector pesquero. Es un sector, el de la pesca de Asturias, que tiene muy pocos peso específico en relación con otros lugares, como el País Vasco, que es el que está marcando las condiciones, obviamente beneficiosas para ellos, pero que ahogan al resto de las pesquerías. Me consta por el teniente de alcalde, que es también el presidente de las cofradías de Asturias, que están reclamando constantemente respeto para los derechos de los pescadores de Asturias. Es uno de nuestros sectores básicos y, desde luego, van a conseguir que desaparezca.
–Que, ojo, no es sólo pesca. Es también gastronomía…
–Sí, buena parte de nuestros visitantes vienen a Puerto de Vega precisamente por eso. Porque nuestra pesca, es una garantía de sabor y de calidad y de respeto al producto. Que pueda desaparecer esta pesca es un problema muy importante, porque desaparecería una seña de identidad de un pueblo y de un concejo.
–El noroccidente está viendo llegar el tsunami del turismo. Cudillero ya tiene que imponer restricciones intensas. ¿Hay tiempo para planificar bien el crecimiento del sector?
–Esa es nuestra preocupación, desde luego no queremos un turismo masivo, sino que queremos un turismo de calidad, entendiendo por ello aquel que es respetuoso con el medio ambiente que nosotros le estamos ofreciendo y que procuramos en la medida de lo posible cuidar. Estamos trabajando conjuntamente con la hostelería para diseñar una oferta desestacionalizada.
–Ese es el santo Grial del turismo en Asturias, la fórmula para desestacionalizar.
–Bueno, sí que tenemos mucha capacidad para acoger y para ofrecer al turista actividades a lo largo de todo el año. La gente que nos visita se sorprende por el dinamismo que hay en el invierno. Tenemos mucha oferta cultural, que es muy importante para dinamizar y para generar actividad económica. Un ejemplo: hemos tenido en febrero un concurso de pinchos y tapas, que antes se hacía en épocas más vacacionales. Lo hemos pasado a febrero y ha sido un éxito rotundo. Se han vendido más de 10.000 pinchos en ese fin de semana.
–Y la ganadería de leche está creciendo aquí. Explique la ventaja de Navia para ello.
–Es un sector por el que merece la pena apostar y que todavía tiene mucho recorrido. Con prudencia, una ganadería de enormes dimensiones va a tener también el problema de la continuidad. Si esa ganadería de enormes dimensiones desaparece, dejamos descubierta una parte muy importante. Sin embargo, si estamos con ganaderías de menores dimensiones, resulta más fácil la continuidad. Por otro lado, las grandes ganaderías tienen también la ventaja de la profesionalización, el de establecer unas condiciones de trabajo más óptimas tanto para el ganadero como para la familia y para el conjunto de los trabajadores. Las ganaderías que tenemos están yendo en ese sentido, son de jóvenes ganaderos que están yendo a más. Y, por supuesto, Navia es una zona especialmente válida para ello porque, bueno, no olvidemos, la rasa costera permite cada año dos cosechas de maíz para la alimentación de las reses en el año, cosa que es extraordinaria y mejora la rentabilidad.
SU LUGAR ESPECIAL
El casino y los emigrantes
«Navia es el segundo concejo del que más emigrantes salieron para América». Lo dice Ana Isabel desde una de las terrazas del Casino, construido a expensas, precisamente, de dos de esos inmigrantes que volvieron hechos unos indianos, además de la aportación de los vecinos. Hoy, el Casino acoge la memoria de aquellos inmigrantes, la mayoría de los cuales se quedaron en el destino y son los abuelos o los tatarabuelos de muchos argentinos, mexicanos y latinoamericanos en general que siguen mirando hacia Asturias con un sentimiento patrio en el corazón. Por eso, en la terraza del Casino que da a la ría, una rosa de los vientos les dedica el recuerdo de sus hermanos naviegos.