La historia de los fotógrafos rurales, habría que enmarcarla dentro de la categoría de historiadores de la vida. Sus excepcionales documentos ilustran como nadie, el quehacer diario de las gentes de los pueblos de España
MONCHU CALVO
Nunca buscaron el reconocimiento ni el prestigio, solo la supervivencia, aunque algunos en lo postrer de su vida fuesen reconocidos públicamente, como fue el caso de Francisco Gonzalez, Foto Vega, el gran retratista casín, del que mostramos alguna de sus obras. Aquí en el Alto Nalón también tuvimos a algunos de esos fotógrafos, que vemos departiendo alegremente en una mesa, posando para algún colega, posiblemente en Coballes. Nuestras parroquias guardan el recuerdo de aquellos artesanos, que primero con caballerías, y luego ya montados (los más pudientes) en motos, visitaban las ferias donde a modo de decorado colgaban una sabana, con pinturas de aviones y barcos de guerra que simulaban lejanos paisajes, donde los mozos y las mozas se imaginaban que iban a conocer, a poco que la suerte les mejorara ó consiguieran reunir dinero para un pasaje a ultramar.
Las España de la posguerra, hasta bien entrados los 70, quedó reflejada en las fotos de estos grandes documentalistas, que armados de sus cámaras sencillas y rudimentarias, trazaron un fiel reflejo de un estilo de vida y unas gentes, que hoy no se reconocerían en los actuales. Esa fue su grandeza y por lo que se les recuerda. Sin ellos la historia de nuestras ciudades y pueblos no sería la misma, porque no habría nadie que hiciese esa labor con la maestría que la realizaron ellos, sin esperar a cambio ningún reconocimiento, mas que el modesto cobro en pesetas de sus servicios.
Las fotos que recuperamos son una ventana abierta a un pasado no muy lejano.
Desgraciadamente, sus archivos desaparecieron cuando ellos, en gran parte. Arrumbados en cuartos, y finalmente tras su muerte, directamente a la basura, salvo importantes excepciones, caso entre otros de Valentín Vega, Eladio Begega o Mario Pascual, entre los mas cercanos, cuya obra la podemos contemplar en la fototeca del pueblo de Asturias.
Esas fotografías son todo un muestrario de la evolución de nuestros pueblos y paisajes. Nada mejor que esas ventanas abiertas a nuestro pasado, para darnos cuenta de los profundos cambios sufridos en las vetustas viviendas, y lo que hoy son carreteras y caminos donde podemos circular sin que el barro ensucie nuestro calzado, contemplar como incluso en alguna boda, novios e invitados están todos con madreñas, único calzado adaptado a aquellos pedregales.
No había acto en el concejo que la delgada figura de Vega, y su inseparable máquina al cuello, no recogiera en su carrete. Mozas en los bailes con sus lucidas galas, le regalaban su mejor sonrisa, quizás con la esperanza que esa foto llegase a los ojos de aquel mozo por quien suspiraban. Y el orgulloso dueño del mejor toro de la feria de octubre, que en posición marcial posaba junto al soberbio animal. Su bien mas preciado. Procesiones, fiestas, escolares repeinados al lado de sus maestros, mirando para aquel hombre que inmortalizaba una época irrepetible de sus vidas. Hoy lo vemos con nostalgia, y acariciamos esas fotos porque en ellas está depositada una parte de nuestras vidas, reflejadas en un amarillento papel con un sello por detrás que pone «Foto Vega- Coballes».
Siempre con su inseparable maquina al cuello, reflejó como nadie el alma de los casinos, como muestran muchas de las fotos que ilustran el libro «Muyeres casines» sin que tuviera el reconocimiento que se mereció, como tampoco lo tuvieron las miles de fotografías y negativos que acabaron en un basurero de Coballes, para vergüenza de todos los que pudieron evitarlo sin hacer nada por ello, solo la disculpa de la ignorancia de las gentes, que solo vieron basura donde se amontonaba la historia gráfica de Caso. Hoy afortunadamente, como queriendo desagraviar a uno de sus vecinos mas famosos, se distingue precisamente por el empeño de sus vecinos en recuperar su historia, incluida la que guardan sus viejas fotografías, que muestran orgullosos en los locales de las viejas escuelas del pueblo.
Va por Vd. Maestro, Francisco González- Foto Vega, aunque sea fuera de plazo.