AITOR GARCÍA CORTE. ALCALDE DE BIMENES – 1.685 HABITANTES
«A Bimenes le perjudica tanto lo de Cataluña como lo de la presidenta de Madrid, que quita el impuesto de sucesiones y luego pide ayuda al Estado»
OCTAVIO VILLA
Es un concejo pequeño en tamaño y no demasiado grande en población, que fundamentalmente vive de la ganadería y que, en su día «tuvo los mejores mineros de Asturias». Lo asegura uno de los alcaldes más orgullosos de su tierra y de su identidad en Asturias, que a sus 44 años lo es ya desde hace casi una década (alcalde, orgulloso de su tierra ya lo estaba antes), Aitor García Corte, de Asturianistas por Bimenes, en su tercer mandato, siete ediles de nueve y con el de IU en coalición.
–Fueron, en 1997, el primer concejo en declarar la oficialidad…
–Su pregunta tiene trampa…
–En absoluto.
–Yo creo que la dignificación de un idioma, de una identidad y de un pueblo no trajo absolutamente nada malo y todo lo bueno que trajo fue generar precisamente esa identidad y tener la libertad de poder escoger en qué quieres hablar o en qué quieres expresarte o en qué quieres comunicarte con la Administración. Eso se llama libertad, y aquí no se obliga a nadie a nada, todo lo contrario que hacen otros, que interpretan la libertad como la de ellos nada más. Y puso a Bimenes en el mapa. Pero hay quien sigue haciendo el indio.
–Cuidado, no sea que el indio que queremos que se quede no le guste su comentario y se vaya.
–El indio se tendrá que acabar yendo, bienvenidos a la globalización. Con el sueldo de uno de aquí, hay lugares en los que trabaja un pueblo entero, ¿entiende?
–¿Eso tiene solución?
–Muy mala. Los países más avanzados y evolucionados siempre se aprovecharon de los demás. Y ojo, que la del indio es la única industria potente que queda en España, pero es una empresa de capital privado, y cuando quiera se marcha y le importa poco lo que digamos.
–¿Y todas las ayudas públicas?
–A ver, aquí todo el mundo se lleva ayudas. Hay quien usa ayudas públicas que se supone que le obligan a mantener una casa de turismo rural cinco años abierta y lo que hace es arreglarse la casina…
–Bimenes está bien comunicado, pero la carretera del Nalón a Siero y Nava no se ha desdoblado.
–Nos ha dado la vida, pero no se puede pretender que sea una autovía. Asturias tiene una complejidad geográfica grande, y pretender tener carreteras llanas y autopistas kilométricas es imposible. Si quieres vivir donde no llueva y las carreteras sean rectas enormes, vete a Burgos, que no hay argayos tampoco. Toda infraestructura tiene que hacerse dentro de una lógica. Y ojo, que aquí vivimos en un paraíso natural con agua, con montes, con una vega muy productiva y hermosa. Si quitas esto, quitas el paraíso. Igual el que se queja lo que quiere es vivir en Móstoles, o en Somió, y todavía no lo sabe.
–Al venir he visto carteles contra la mina de Peñamayor.
–Es que no podemos, bajo ningún concepto, dejar que destrocen Peñamayor. Otra cuestión sería si la mina fuese de extracción, pero no a cielo abierto. Y eso que llevamos 30 años quemando ruedas para que no nos cierren las minas.
–Pero no hablamos de lo mismo.
–No. Una cantera en Peñamayor no cabe en la cabeza de nadie, dañaría mucho todo el entorno. Y los alcaldes estamos de acuerdo.
–Los jóvenes también se van de Bimenes, por cierto.
–Esa es una realidad que afecta a todas las zonas rurales del mundo. Y también hay un problema.
–Dígame.
–Hay quien vive en un pueblo pero está empadronado en una ciudad. Y los servicios se pagan con impuestos. Si tus coches, tus impuestos y tus viñetas los pagas en la ciudad, luego no estás legitimado para exigir a un ayuntamiento pequeño, en el que te aprovechas de sus servicios pero no aportas nada de nada.
–Todos los ayuntamientos pequeños tienen falta de financiación.
–Por supuesto, y más aquí. En Castilla, un ayuntamiento tiene un núcleo de población. Pone saneamiento y ya tiene cubierta a toda la población. Aquí son todo núcleos pequeños. Con 1.685 vecinos, Bimenes tiene 64 núcleos dispersos y 1.517 puntos de luz. Aquí dar servicios cuesta más. Por eso, cuando escuchas debates como el de la financiación autonómica en Cataluña tienes que ver también que ellos son listos y se quieren a sí mismos. A Bimenes le perjudica tanto lo de Cataluña como lo de la presidenta de Madrid, que quita los impuestos de sucesiones a los ricos y luego pide al Estado que le solucione la financiación.
Actitudes y derechos
–¿Tienen efecto las medidas de discriminación fiscal positiva para las zonas despobladas?
–A ver, el actual Gobierno del Principado está trabajando como no trabaja, o no trabajó, ninguno. Hay escuelas 0-3, aumentó la financiación a los ayuntamientos… Lo que no puede ser es que la señora Ayuso deje de cobrar el impuesto a los que más tienen y luego se le llene la boca. Le recuerdo el Artículo 31.1 de la Constitución (se levanta, lo tiene impreso en un papel pegado a una estantería, y lo lee) ‘Todos contribuirán al sostenimiento de los gastos públicos de acuerdo con su capacidad económica mediante un sistema tributario justo inspirado en los principios de igualdad y progresividad que, en ningún caso, tendrá alcance confiscatorio’ ¿vale? Pues eso, que el que más tenga, más pague.
–Igual igual molesta a alguien.
–No sé por qué. Llevamos 30 o más años con concesiones, con una fiscalidad diferente en Euskadi y Nafarroa y nadie dice nada. Lo que pasa es que vivimos muertos de envidia, de que ellos miran para sí mismos y nosotros no. Ojo, que también hay que ver lo que no hacemos y queremos que se haga por nosotros.
–¿Los vecinos?
–Los vecinos. Algunos. Los de las nuevas generaciones que ya no vivimos el pueblo como lo vivían nuestros padres. Yo mismo, el día que falten mi padre y mi madre éntrenme les ortigues en casa. Porque ya no nos vemos como parte del terreno. Antes, un paisano tenía el camino de su casa y sus finques curiosu, iba con la fesoria y limpiaba y abría sangraderes y regaba. Porque era consciente de que ese camino era necesario para su labor. Ahora todos quieren que te lo limpie el Ayuntamiento y hasta que te venga a pasar la aspiradora a casa. Es que ¡mira esas fincas! (señala por la ventana una que está completamente tomada por el matorral al lado del Ayuntamiento).
–Y las casas abandonadas…
–¡Otru marrón! Hay casas cayendo por todos sitios, edificios en mal estado. Y la ley es clara: El propietario tiene la obligación de mantener tus inmuebles en condiciones de salubridad, seguridad y ornato. No hay un problema de vivienda, sino de conciencia. Porque hay casas vacías que vienen a comprar y los dueños piden como si fuesen chalés de la llanura orensana. Y el problema de la vivienda vacía es que muchos propietarios que ni venden, ni alquilan, ni cuidan. Yo quiero exponer en la Federación de Concejos que necesitamos una ley que agilice la expropación de las casas abandonadas..
–Exponga, exponga.
–Es que tenemos muchas casas, viviendas y parcelas sin matricular, que no sabemos de quién son. Necesitamos una herramienta legal para evitar ese abandono y destensionar el mercado.
–Las herencias lo complican…
–Que no, que es que somos un país de pillos. Si viviésemos ordenadamente, esto funcionaría mucho mejor. Pero no, aquí le echamos la culpa de todo a la Administración. Con la red Reader estuvimos este año en Estonia, y allí no ves una colilla tirada. Fíjate, un señor vale para atender a una población de más de 300.000 habitantes, porque allí, si dices que vas a poner un hospital de dos plantas para gatos con 30 teyes amarilles, el funcionario no tiene que ir a nada. ¿Sabes por qué? Porque cuando el funcionario llega a ver la obra, está hecha, y es un hospital para gatos de dos plantas, con 30 teyes amarilles. Ni 29, ni 31. Con 30. Igualito que en España, ¿a que sí?
–Cuestión de educación, pues.
–¡Cómo no vamos a tener burocracia en España, hombre! ¡Si viene un paisano aquí, pide permiso para retellar, y cuando vas ya levantóte un pisu p’arriba. Aquí, en Palencia y en Sevilla. Y eso va en perjuicio nuestro. Tenemos un problema de educación y de mentalidad grandísimo.
–¿Sin solución?
–Mira, antes había un tonto por pueblo. En la esquina de la barra del chigre. Pero ahora no, ahora el tonto abrió fronteres. Ahora el tonto tiene Facebook con otro tonto del pueblo de allá arriba, y tejieron una red de tontos, y empiezan a decir que si con Franco se vivía mejor y cosas así, y van el resto de los tontos y ponen un ‘me gusta’. Conozco algún tonto que salió directo de octavo de EGB para la Mili, y que ahora hace ver que sabe de todo: de economía, de independentismo, del bichu.
–El sino de nuestros días.
-Sí. El caso es quejarse, y mira que nunca se vivió como ahora, que tenemos un teléfono cada uno, todos con internet, vamos al gimnasio, comemos fuera, tenemos un coche por cabeza, cuando no coche, moto y quad. Todo tipo de caprichos. ¿Dónde vivimos mal? ¿Quién vive mal? ¿Quién vive mal? Pero claro, antes veías a un vecino que bajaba andando y le subías al carro o al coche. Hoy nos estamos cargando el transporte público. Un ejemplo…
–…y acabamos.
–Sí. Ahora los nenos tienen jornada partida aquí. Y tienen autobús. Pues hay padres que pasa la línea por delante de su casa y no lo usan, porque ‘tenemos que llevar nosotros a los nenos y que duerman un poco más’. Hay un proteccionismo exagerado. Y no les enseñas nada bueno.
SU LUGAR ESPECIAL
La consulta de Don Julio
Nacido en San Julián de Bimenes, Don Julio Ignacio Vigil veló por la salud de sus vecinos toda la vida. Cerrada y sin uso su casa y sus útiles de galeno, la familia entregó estos al alcalde, que habilitó en la Casa Consistorial una réplica casi exacta de la consulta, que emocionó a los familiares y a no pocos vecinos. Aitor García lo vive como un homenaje a quienes entregaron su vida al cuidado de los demás, y aspira a que esta colección tenga un acomodo aún más digno del que tiene ahora. Especial es también para el alcalde la oficialidad del asturiano en su concejo, que ha cumplido este año su vigésimo séptimo aniversario «en libertad, sin imponer nada a nadie». o. villa