ADRIÁN GAYO. ALCALDE DE TEVERGA – 1.565 HABITANTES
«Los ayuntamientos siempre estamos lavando la cara a otras administraciones y solemos gestionar mucho mejor»
OCTAVIO VILLA
San Martín de teverga. Es geógrafo y empresario de distribución alimentaria. Con apenas 32 años, Adrián Gayo ha sido consecuente con una vocación política que sintió ya en el colegio, cuando se preguntaba por qué los jóvenes se iban de Teverga y cómo podría ayudar él a que su concejo no se vaciase. Llegó a Izquierda Unida «casi de casualidad», pero con los años y las lecturas, y con un verbo preciso, acerado si es necesario, y calmo, acabó siendo portavoz municipal a los 21 años y, desde las últimas elecciones, alcalde. «El único alcalde de IU que es del PCE», precisa, como argumento para algo que se repite en la conversación: la independencia con la que los alcaldes deben actuar respecto a su partido, «en interés de mis vecinos». Ciertamente, apenas iniciada la entrevista irrumpe en su despacho Chiti, una jovial vecina de Castro de apenas 91 años que presume de caminar al menos cinco kilómetros cada día, a pedirle al alcalde que arregle un corte del fluído eléctrico en su pueblo. Lo de todos los días.
–Esto es así…
–Bueno, pero se agradece. Al final el Ayuntamiento es la primera puerta que tocan los vecinos cuando se sienten desamparados. Desde cómo darse de alta en internet hasta evitar que a una vecina le pusieran una antena delante del escudo de armas de la fachada de su casa. Cuando son cosas lógicas, pues qué menos que tratar de echar una mano.
–Usted entró en el Ayuntamiento de la mano de María Amor, la anterior alcaldesa. ¿En qué ha cambiado IU a Teverga?
–Los dos anteriores fueron mandatos de saneamiento económico, orientados a pagar una deuda de más de 700.000 euros, casi la mitad del presupuesto anual. Además, en la última parte de su mandato, María Amor consiguió un plan turístico de dos millones de euros para Teverga.
–¿Y a futuro?
–Voy a abordar temas que son a largo plazo. No tengo mayoría absoluta, pero voy a tratar de llegar a acuerdos en interés general. Por ejemplo con el Plan General de Ordenación y también con el instrumento de gestión integral del Parque de las Ubiñas. También hemos de abordar la relación de puestos de trabajo que quedan pendientes.
–En el parque hay que poner de acuerdo a Lena, Quirós y Teverga, tres alcaldías de IU.
–Sí, con Gema (Lena) y Rodrigo (Quirós) y con el Principado. Han fallado la financiación y otras cuestiones, pero conocemos los fallos y, además, ahora el director general de Medio Natural es una persona muy permeable y que comprende muy bien los problemas de los ayuntamientos y de los vecinos.
–Usted propugna un cambio.
–Sí, es que cuando se crearon los parques naturales se hicieron con una conciencia muy errónea, porque casi parecía que molestábamos la gente que vivíamos aquí. Eso fue un fracaso total y absoluto que cambió también hasta la concepción de los vecinos sobre qué uso tenían que hacer del territorio, hasta el punto de que ahora tienen miedo a cortar un árbol. Y eso fue un problema grave, porque ahora mismo que necesitamos poner a esa gente en marcha. La gente ya no está dispuesta a hacer sextaferias, algunos, por miedo. Y nosotros, por ejemplo, estamos llegando a un acuerdo con la Confederación para autorizar a los vecinos a hacer ciertas cortas y lo mismo en temas de medio natural. Un ejemplo: antes los acebos estaban en peligro y se les hizo casi sagrados, y ahora son casi una invasión, hay demasiados. Pero la normativa va muy lenta. Esto es algo que entiende muy bien el director general, David Villar, que es muy cercano con la gente. Sabe que el paisaje no es natural, sino el fruto de siglos de intervención humana.
–En alguna capital se sigue pensando que el aldeano agrede a la naturaleza.
–Yo crecí con eso. Bajábamos al instituto a Trubia desde Teverga y los de Trubia pensaban que veníamos del monte. Esa concepción está cambiando. Y está gente viniendo a vivir a Teverga, buscando una vida tranquila. Este año, en Fitur, hablábamos del trajín que es usar el Metro, atestado de gente. Y los de Madrid lo normalizan, pero cuando vienen sí que valoran esa vida tranquila.
–Lo compro. Y cuando llegan a vivir aquí… ¿Hay vivienda? El presidente de los constructores ha dicho esta semana que los planes urbanísticos de los concejos habría que quemarlos…
–Esos planes generales fueron redactados por técnicos de empresas que nadie revisó y nadie leyó. Y eso fue un problema, tanto desde punto de vista político, porque quizá aprobaron cosas que nadie leyó ni se imaginó cómo se iban a llevar a la práctica. Y también por parte de la empresa, que hizo planes generales como churros. Alguien no hizo bien su trabajo en la parte política, y lo mismo en la empresarial. Quien más culpa tiene es el Principado. La CUOTA, que no hace bien el papel que tiene para articular esto. Defiende a ultranza unos planes generales que son indefendibles. En nuestro caso ni siquiera está plenamente aprobado el plan, sino sólo de forma provisional desde 2005. Yeso genera una incertidumbre administrativa y jurídica que la CUOTA defiende a capa y espada.
–Pero el Ayuntamiento puede cambiar su plan.
–Nosotros tratamos de modificarlo en el anterior mandato, pero desde Oviedo no se nos daba de paso las modificaciones, por esas incertidumbres jurídicas. De hecho, mi amenaza en varias ocasiones fue volver a las normas subsidiarias y no lo descarto, porque el plan general que tenemos, por un lado, tengo bastantes dudas jurídicas de que tenga validez. De hecho, hay elementos sustanciales del mismo que lo anularían y es una vía que tengo parada, pero que quiero implementar. Va a haber ayudas de la consejería y de momento deseché esa vía de anularlo jurídicamente y porque había cuestiones en las que estaba metido el Ayuntamiento, desarrollos que había hecho, que podían quedar jurídicamente en tierra de nadie.
–¿Habrá fondos suficientes?
–Pues si no, con perdón, pego una patada a la marmita y vuelvo a lo anterior.
–Dice usted que el Principado tiene «demasiados microorganismos». Explíquese.
–Sí. Y además, siguen creando más. Yo ya hablé con varios directores generales, se lo expliqué a distintos partidos políticos, incluso de los míos. También lo comente con el director general Administración Local. Y aún así me dicen que ahora que con la Ley de Impulso Demográfico van a crear otro más. Y les digo ‘No, lo que tenéis que hacer es poner encima de la mesa lo que tenéis. Por ejemplo, Zapico quiere hacer de Sedes un medio propio, que creo que es mucho más adecuado. Yo no veo necesario crear ahora el Centro de Innovación Territorial (CIT), mientras las oficinas de atención urbanística no llegan a darnos la asistencia que necesitamos los municipios pequeños, o Cooperación Local, que te asiste hasta cierto punto, pero no de forma integral. Y ahora quieren crear el CIT, cuando lo que faltan son cuestiones de base.
Amenaza y esperanza
–El Ayuntamiento está pendiente de saber por vía judicial si tiene que afrontar la compra del Palacio de Valdecarzana.
–Espero que los jueces nos den la razón y poder esa propuesta de adquisición que se hizo mal desde el Ayuntamiento.
–Es más dinero que el presupuesto de un año, ¿no?
–Estamos hablando de más de dos millones de euros, porque en teoría costaba uno, pero con intereses y la tardanza podrían ser más de dos, y nuestro presupuesto ordinario anual ronda el millón y medio. Un fallo a favor de la propiedad comprometería la viabilidad del propio municipio, que, por ley, tendría que agruparse con otro municipio.
–Ese es otro avispero, el de la agrupación de municipios, en un momento de bajada general de población en zona rural.
–No es un camino imposible, pero no es la solución, porque los ayuntamientos lo que hacemos es solucionar problemas y gestionamos generalmente competencias impropias. Por eso seguimos existiendo, porque hacemos siempre de freno a los problemas de los vecinos. Estamos siempre lavando la cara a otras administraciones porque asumimos competencias impropias y generalmente gestionamos mucho mejor.
–Por conocimiento de los vecinos y del territorio. Dijo usted la semana pasada que el puerto de Ventana debería ser una alternativa al Huerna y a Pajares…
–Pues sí. La salida por Ventana nos deja muy cerca de la capital de León. Y por su lado ya han hecho los deberes, con una carretera con muy buen piso, con mucha anchura, con cunetas. Por nuestro lado es una carretera estrecha que no está para mandar tráfico pesado, ni para recibir turistas, porque hoy hay mucha gente que no se atreve a conducir por trazados como el de nuestro lado. Así que mejorar Ventana supondría un acceso más cómodo de los turistas a esta parte de Asturias y una alternativa relativamente barata para casos como el que ocurre ahora con el argayo del Huerna.
SU LUGAR ESPECIAL
El puerto de Ventana o la rebautizada ‘Cima José María Gayo’
Sube Adrián Gayo con EL COMERCIO hasta el límite de Asturias con León en el puerto Ventana, porque quiere mostrar que lo que por la vertiente asturiana es una carretera comarcal de bellísimos paisajes –un desfiladero imponente, el de Estrechura, un enorme hayedo en su otoñal plenitud, la Cueva Huerta, con sus 24 kilómetros conocidos de galerías…– es, por el lado leonés, una carretera recién mejorada, con buen firme, un trazado razonable, buenos arcenes y que debería ser, si se arreglase la parte asturiana, una de las conexiones alternativas al Huerna o a Pajares para situaciones como la del reciente argayo, o también para facilitar el acceso de turistas que desde León y la meseta vienen a los valles del oso. Pero EL COMERCIO le pregunta también por un letrero que el Club Ciclista de Teverga ha colocado allí en honor a José María Gayo, dando un segundo nombre al puerto. «Sí, es tío abuelo mío», y una leve sonrisa de merecido orgullo familiar asoma por un breve instante.